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jueves, abril 18, 2024

Más curiosidades

La semana anterior expuse algunas de las curiosidades de nuestro idioma. Por petición de múltiples lectores, que tuvieron la gentileza de escribirme, con gusto abordo algunos otros más.

La palabra ‘español’, nombre de nuestro idioma, procede de una voz extraña a la propia península. En España al idioma se le conoce como castellano, para diferenciarlo de las otras lenguas en uso que también merecerían el gentilicio de españoles por ser originarias de ese reino. El nombre España (Hispania) se la impusieron los romanos para referirse a la ‘tierra donde abundan los conejos’. Actualmente nuestra lengua está integrada no solo por vocablos de Castilla. Está integrado por voces de todas las latitudes. En primera instancia,  de lenguas propias de la península (‘chaparro’ y ‘cencerro’ del vasco, por ejemplo); se enriqueció con vocablos de todas las poblaciones bajo dominio español (son abundantes los americanismos: tiza –gis–, huracán para no mencionar productos) e igualmente las lenguas del mundo le han enriquecido (galicismos, anglicismos y de otros orígenes, como ‘tsunami’, del japonés). El español tiene aproximadamente 4 mil arabismos (palabras que proceden del árabe, como ‘almohada’, ‘alberca’ y ‘ojalá’).

Nombres, sobrenombres y apellidos se han convertido en palabras del idioma: academia, boicot, cantinflear, linchar, maratón, sándwich.

Los monosílabos no se tildan (acento gráfico): fue, dio, rio (pasado de reír), guion. A pesar de transformarse en esdrújulos o sobresdrújulos, los adverbios terminados en –mente se tildan solo si a la palabra original le corresponde: atentamente / básicamente.

Solo hay tres verbos en español con doble participio; imprimir: impreso e imprimido; freír: freído y frito; proveer: proveído y provisto. Hay en circulación un libro de conjugaciones de una editorial de nombre francés (con un excelente sistema de comercialización) que incluye un amplio listado de verbos con doble participio. Como se trata de una traducción del francés, el libro es desorientador.

Parónimos son palabras parecidas fonéticamente, pero no idénticas. Por ello, suelen confundirse: ‘padrón’ (listado) por ‘patrón’ (modelo, jefe); ‘absolver’ (quitar una culpa) por ‘absorber’ (atracción de una sustancia); ‘segar’ (cortar) por ‘sesgar’ (torcer); como estos, múltiples casos.

Las palabras con las cinco vocales incluidas en el diccionario oficial son 30 500 (sin considerar la ‘u’ seguida de la ‘q’), no solo la popularizada ‘murciélago’: abducciones, balbucearíamos, centuplicados, etc.

La palabra ‘huésped’ pasó de nombrar al que recibe al que llega; solo en Biología y medicina mantienen el significado original: «organismo huésped».

La modificación fonética hace también que las palabras originales se vuelvan extrañas. En México la palabra ‘abusado’ tiene sentido de «estar atento o prestar atención». En realidad es la modificación de ‘aguzado’, pero a los mexicanos nos parece extraña esta última. Lo mismo pasa con el vocablo ‘vale’ que en México se le da el sentido de «no importa», mientras que en España significa ‘validez’.

Muchas de lo anterior se deben a que: a) el vocablo deja de ser común; b) tienen afinidad fonética con otras palabras de significado diferente; c) adquieren significados distintos del original o francamente opuesto; d) modifican su grafía.

Los grandes idiomas siempre tienen muchos recovecos. Conocerlos, fortalece las habilidades para dominarlo.

 

Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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