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jueves, marzo 28, 2024

Nuestro Día de Muertos

La palabra sincretismo se aplica para la fusión de dos o más conceptos que forman un tercero diferente, singular, ya distinto a los que le dieron origen. Aplica no solo en el encuentro de las dos culturas que dieron origen al México actual; también se usa en lingüística, sociología y filosofía.

Nuestra muy mexicana Festividad de Muertos es totalmente distinta a la que tenían las culturas prehispánicas; pero también es absoluto diferente a la de los Fieles Difuntos procedente del cristianismo europeo. Nuestros Días de Muertos es un patrimonio festivo del México actual que refleja que somos mestizos. Es la conciliación de dos sangres, dos visiones, que dieron origen a un ceremonial que no se aproxima al luto –con el expresan solemnidad los europeos–, ni tampoco al sacrificio a los dioses antiguos. Es una fiesta porque nos encontramos con nuestros familiares que han dejado este plano terrenal. Es una reunión amorosa porque nuestro espíritu se da el lujo de verse con los otros espíritus que ya no tiene cuerpo. Es saludar a nuestros seres queridos para decirles que todavía habitan nuestra casa y nuestro corazón.

El sincretismo entre las creencias antiguas y las que llegaron hace 500 años dio origen a 59 festividades de Muertos perfectamente diferenciadas, a pesar de muchas coincidencias. Animecha Ketzitacua, le llaman los purépechas de Michoacán; Hanal Pixán, le llaman los mayas de Campeche; Xantolo, la nombran en la Huasteca; Muerteada, en Chiapas; Fiesta de Muertos, Calacas, de Calaveras, de Catrinas, en muchos lugares del país.

Todo ello originó el sincretismo entre las culturas prehispánicas y el cristianismo europeo. Ese sincretismo se nota en nuestra piel, en nuestros apellidos, en nuestros nombres, en nuestro idioma. El español de México es una lengua totalmente diferenciada al español de cualquier otra parte del mundo, pero es sincrético. Estamos invadidos de palabras de origen vernáculo; es decir, de vocablos del náhuatl, del maya, del purépecha, del otomí, del zapoteco. Incluso, estas son tan fuertes y nuestro español tan importante en el mundo que, por poner un ejemplo, en todas partes del mundo, en todos los idiomas, usan la palabra huracán para referirse a los meteoros de gran magnitud. Esa es una palabra que todavía se discute si es taína o maya. Como sea, su origen es caribeño. Nuestro sincretismo, influye el mundo, como se observa.

Para las culturas prehispánicas, la muerte no era más que la vida en otro plano de existencia. La vida no se destruye una vez que se logra, según nuestro concepto. En este sentido coincidió con el concepto cristiano que habla de vida eterna si se abraza la religión fundada por Cristo. No obstante esta idea, en Europa continuó el sentido solemne, triste, de luto (de ahí los colores opacos u obscuros). Sin embargo, en el concepto sincrético la tristeza, el duelo, se reduce porque la Muerte se transforma en una compañera, en una dama elegante –la que ahora llamamos Catrina– a la que se le coquetea de cientos de formas. Una dama a la que se le invita a acompañarnos y que la vemos como parte de la vida.

Desde anoche convivimos con cientos de catrinas por las calles, en reuniones escolares o en las casas. Esa mujer es la muerte y con ella nos disputamos el gusto por la vida.

Que sus seres queridos de aquel plano de existencia y de este los acompañen siempre. Felices fiestas de Día de Muertos.

 

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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