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viernes, mayo 23, 2025

Ortografía de México

El nombre de nuestro país fue decidido por los criollos sublevados contra la Corona española, en el siglo xix. Al rescatar el nombre de la cultura más importante de América para la emergente nación, también adoptaron la ortografía que hoy caracteriza el nombre de nuestro país: México (con «x»). Agradezco a don José Antonio Martínez Martínez, lector de Guanajuato, la sugerencia de este tema.

El sonido «j» de la «x» viene desde la Edad Media. En español antiguo (más propiamente, castellano) muchas palabras que hoy aparecen con «j» en ese entonces se escribían con «x»: xunta (junta), Ximena (Jimena), texer (tejer). Cuando llegaron a América en el siglo xv los españoles, el sonido ‘sh’ también era representado con «x». Ello llevó a muchas voces de sonido distinto a escribirlas con esa ortografía (como Xola, una localidad de la Ciudad de México). Por esta última razón, hay quienes sostienen que el nombre del país debe ser ‘méshico’ y el gentilicio de los antiguos pobladores ‘meshicas’. Sea como fuere, el sonido actual para el nombre del país y el gentilicio debe sonar «j».

En la Ortografía de 1815 de la Real Academia Española se fijó que el sonido «j» debía escribirse con la letra jota. Eso cambió la ortografía de las palabras citadas, incluyendo la palabra ‘Méjico’. El problema es que en esa época, nuestro país se encontraba aún en la lucha armada (de 1810 a 1821). Por ello, es poco probable que los criollos sublevados –más aún si la intención era desligarse de la Corona– prestaran oídos a la norma ortográfica.

En el país, además, ya habían arraigado muchos vocablos con la grafía «x»: Xalostoc (pronunciada Jalostoc) o Xalpa (igualmente pronunciada con jota inicial), por mencionar solo algunos otros topónimos. Pero igualmente, otras muchas localidades sí fueron modificadas, como Jalisco (antiguamente Xalisco) y Jalapa (antes Xalapa).

Las comunicaciones de entonces no eran tan eficientes como hoy día (y, además, poco interesaba prestar oídos a las normas del idioma en una lucha armada que buscaba su propia identidad). Pero también consideremos, que las reglas no tan fácilmente son adoptadas en nuestro país. Ejemplifico sobre esto último, desde 1956 las Academias decidieron exentar a los monosílabos de tilde –siempre que no haya otra palabra de escritura idéntica, pero con sentido diferente, como en ‘más’ (cantidad) y ‘mas’ (sinónimo de pero)–. No obstante, muchas personas aún siguen registrándolo en palabras como ‘fe’, ‘dio’ o ‘fue’. En nuestro país hay una fuerte tendencia a conservar formas del español antiguo (o quizá valdría enunciar, resistencia al cambio). Por ello, perviven en el habla cotidiana palabras como haiga (haya), truje (traje), memorándum (memorando) o fierro (en vez de hierro). Por ello, se mantuvo con «x» la ortografía del país.

Finalmente, y como complemento, la «x», indica la Ortografía de 2010, tiene varios sonidos: ‘cs’ (como en examen o intoxicación), ‘s’ (como en Xochimilco, xenofobia o Xerox –la «x» inicial, pues la segunda suena ‘cs’–), ‘sh’ (como en Xola) y ‘j’ (como Xicoténcatl, Oaxaca o Texas). Y, de acuerdo con la norma, es totalmente admisible la grafía del país con «j»; pero seguiremos siendo aquí, México con «x». En España deberemos decir que somos tan mexicanos, que la Jota (un baile típico) la bailamos con X.

 

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Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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