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martes, abril 16, 2024

Preposiciones, nuestro coco

Me he topado con la expresión «en beneficio de» en un texto de una oficina pública. En un comercio escucho: «¿Qué es bueno para la tos?» y en un restaurante dos comensales discuten si deben solicitar al mesero «un vaso de agua» o «un vaso con agua». Todas esas oraciones referidas tiene en común: el desconocimiento del uso preciso de las preposiciones.

En la escuela, como estudiantes, nos obligan en la clase de Español a memorizarlas. Incluso años después somos capaces de decir el listado escolar sin equivocación. Eso nos facilitó acreditar el examen sin problema. Pero a pesar de recordarlas aún, eso no garantiza saber usarlas adecuadamente. De nada sirve saber la tabla del cinco y, concretamente, que cinco multiplicado por tres da quince si cuando vamos a comprar tres paquetes de algo y cada uno cuesta cinco pesos no seamos capaces de conocer el total por pagar.

Las preposiciones son palabras invariables que nos indican cómo se enlazan los elementos de la oración. Por ello, dan sentido. Son difíciles de usar porque no tienen un significado preciso. En el Diccionario nos presentan sus usos, pero no definen sus significados. Eso debemos intuirlo a partir de los ejemplos.

Hay algunas preposiciones que coinciden en vincular los mismos elementos, pero su variación dará una pequeña diferencia de sentido. De ahí que a veces sea tan sutil que resulte imposible reconocer fácilmente. Por ejemplo, el caso del «vaso con agua» y el «vaso de agua». Al usar la preposición ‘con’ estamos indicando compañía; es decir, que el agua y el vaso vienen juntos. Así es adecuada la preposición ‘con’ para solicitar un vaso con agua en un restaurante. Sin embargo, cuando se usa la preposición de en «el vaso de agua», se refiere a la cantidad. Tan sencillo como decir: «Tenía tanta sed que me bebí tres vasos de agua seguidos».  Por supuesto para esta intención no aplicaría la preposición ‘con’ porque eso indicaría que tanto el vaso como el agua fueron ingeridos por quien lo enuncie.

Como estos casos, abundan. En el sector público de los tres ámbitos de competencia (me resisto a decir niveles) suelen emitir comunicados con esa imprecisión: «Se hicieron estas acciones en beneficio de los (gentilicio)». Este uso es inadecuado porque no aplica. La preposición ‘en’ significa ‘sobre’ o ‘dentro’. Pongamos por caso que alguien busca unas llaves. Pregunta, entonces, si alguien las ha visto. Recibe por respuesta: «Yo las vi en el escritorio». Va directo a ese mueble y no ve que estén en su superficie. Reclama, entonces, que ahí no están. Quien le dio la respuesta, va hasta el mueble, abre un cajón y le muestra el manojo de llaves. En efecto, las llaves estaban en el escritorio, pero uno interpretó su ubicación en la superficie y el otro se refería al interior. Esa particularidad tiene la preposición ‘en’. Por ello, no pueden hacerse obras «en beneficio de los ciudadanos», el beneficio no puede estar ni dentro ni encima. En este caso la preposición aplicable es para, se trabaja «para beneficio de…». La preposición ‘para’ tiene sentido de rumbo o dirección.

Por esa misma razón, lo que es «bueno para la tos» no necesariamente es positivo para la persona. Es decir, bueno para la tos sería comer algo muy frío o algo que irrite. Con ello, seguramente dará más tos. Las preposiciones son palabras riesgos de usarse inadecuadamente. La idea que reflejamos seguramente será mal interpretada. Cuidado, mejor reflexione cuál es aplicable y, aunque le suene raro porque no es lo común, porque la gente usa otra forma, es mejor hacerlo bien.

 

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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