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miércoles, abril 24, 2024

Profesiones en el habla popular

Cuentan un chiste sobre la forma inadecuada de interpretar el nombre de los niveles académicos. En una reunión fueron presentadas dos personas. Una de ellas, con el máximo grado universitario y la otra, una persona con una formación básica. «Doctor Pérez, le presento a señor Zutano, el inversionista de mayor éxito en la zona». Así inició una buena charla. Después de un buen rato, ya con mayor confianza, el inversionista se acercó discretamente al profesionista y le susurró: «Aprovechando, doctor, fíjese que tengo un problema en el testículo izquierdo». El profesionista sorprendido le respondió: «Disculpe usted, señor, yo soy doctor en derecho». El inversionista quedó desconcertado, entonces preguntó: ¿Tan adelantada está la ciencia para que no pueda opinar sobre el testículo izquierdo?».

Los niveles académicos se refieren al grado de especialización. Estos grados son reconocidos por instituciones académicas. El básico es el de bachiller, que se estudia en las preparatorias (en otros lugares se le llama, precisamente, bachillerato); a este le sigue la licenciatura; posterior está la maestría y el máximo es el doctorado.

Sin embargo, hay tres profesiones en que, popularmente, el nivel académico se asocia con la profesión y no necesariamente corresponde al reconocimiento universitario: a los médicos les llaman genéricamente doctores; a los abogados, licenciados; y a los profesores, maestros.

Obtener el grado de doctorado en medicina es francamente difícil. Para lograrlo, debe acreditarse la especialidad, producto de prácticas y evaluación rigurosa. La maestría en medicina, obliga al interesado a publicar artículos en revistas especializadas, a vincularse a alguna investigación y a impartir tanto charlas como cursos sobre el tema. Para lograr el doctorado prácticamente se requiere estar consagrado al estudio de una particularidad relacionada con la salud humana, mediante el vínculo con especialistas internacionales, hablar fluidamente cuando menos otro idioma y tanto mantener como ampliar las actividades de la maestría, con vínculos internacionales. La mayoría de los médicos logran el nivel licenciatura con especialidad y subespecialidades en alguna rama de la medicina, pero no llegan a maestría y menos aún a doctorado.

Socialmente se suele asociar la palabra licenciado a quien ejerce la abogacía. No es impropio, pero no son los únicos en ostentar ese nivel académico. Muchos especialistas del derecho tienen otros grados, que incluye el doctorado. Por eso, ahora se tiende a llamar por la profesión y no por el nivel académico, como sucede en contaduría (contador) o en enfermería (enfermero). A los comunicadores se nos llama ahora comunicólogos.

A quien enseña un arte o una ciencia, tradicionalmente se le ha llamado maestro. Sin embargo, debe nombrársele profesor. Dependiendo del enfoque, hay licenciaturas por nivel básico (prescolar, primeria, secundaria) o por rama (ciencias de la educación, pedagogía). Pero los niveles académicos que obtiene el egresado, son los mismos.

Finalmente, los niveles profesionales –ya lo he comentado en otra ocasión– son nombres comunes. Por ello, deben escribirse con inicial minúscula: «Soy el licenciado Roberto Regalado Caballero». Únicamente, llevarán mayúscula en la letra inicial si son abreviados. Por otra parte, todas las voces profesionales se feminizan (abogado/abogada; contador/contadora; comunicólogo/comunicóloga), al igual que los grados (licenciado/licenciada; maestro/maestra; doctor/doctora).

 

 

 

Enrique R. Soriano Valencia
Enrique R. Soriano Valencia
Mexiqueño. Licenciaturas en Periodismo y Ciencias de la Educación. Premio Estatal de Periodismo Cultural 2009. Cuatro libros y tres centenares de talleres, cursos y conferencias sobre Redacción, Ortografía, Formación de Instructores y aspectos de la cultura mexica. Correo electrónico: sorianovalencia@hotmail.com Facebook: Chispitas-de-lenguaje Twitter: @ChispitasDeLeng

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