Las mujeres en Guanajuato viven con miedo. La falta de seguridad y la violencia de género son problemas que afectan a todas las mujeres en la región. Los datos son alarmantes: Somos el segundo lugar en todo el país con mayor número de feminicidios. Y esto no es sólo una cuestión de frecuencia y gravedad, sino que la violencia evoluciona constantemente en su naturaleza y formas de manifestación.
Las autoridades encargadas de proteger a las mujeres han fallado en sus deberes. La falta de capacitación, presupuesto y atención especializada son algunos de los obstáculos que impiden que las mujeres se sientan protegidas y acompañadas en el proceso.
El caso de Abril Zarate, cuya muerte desnudó las fallas del Instituto Municipal de las Mujeres de León, es sólo uno de los muchos casos que no reciben la justicia integral que se merecen.
Es fundamental entender el argumento de las mujeres y por qué muchas de ellas deciden mantenerse en un contexto violento.
Escuchar a las mujeres y acompañarlas en todo el proceso es una obligación de las autoridades. Solo así se podrán generar verdaderas políticas públicas enfocadas en atacar la verdadera problemática de violencia de género que hoy se presenta.
Es necesario que las autoridades actúen con rapidez y compromiso para erradicar la violencia contra las mujeres en Guanajuato.
La falta de presupuesto, esfuerzos y voluntad son síntomas de que los esfuerzos no han sido suficientes.
Exigimos acciones concretas y reales para proteger a las mujeres y garantizar que se haga justicia en los casos de violencia de género. Las mujeres no pueden seguir sintiéndose desprotegidas e inseguras en sus propias comunidades.
