Durante años, hemos sido testigos de cómo la producción de ladrillos artesanales en nuestra ciudad ha generado una grave contaminación y ha afectado la salud de las comunidades cercanas. A pesar de los anuncios de planes piloto, estrategias y promesas de cambio, la realidad es desalentadora. La problemática persiste y las medidas necesarias para abordarla siguen estancadas en un mar de burocracia y falta de acción.
La última estrategia presentada hace cuatro meses de Atención Integral al Sector Ladrillero en el Estado de Guanajuato, parecía ser la esperanza de cambio. Sin embargo, al dar seguimiento y sostener platicas con los mismos ladrilleros, dimos cuenta de que lamentablemente, las medidas urgentes que se requerían para disminuir la contaminación y proteger la salud de las comunidades afectadas siguen sin implementarse de manera efectiva.
Es importante reconocer que la problemática de los ladrilleros va más allá de una cuestión económica y ambiental, es también un tema cultural. Estas familias han dedicado muchos años a la producción de ladrillos de la misma manera, siguiendo las técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación. Por lo tanto, cualquier cambio en su forma de trabajar no puede limitarse a simples instrucciones y recursos económicos. Se requiere un acompañamiento integral y una atención enfocada en las necesidades de las familias afectadas.
El proyecto de reubicación y tecnificación de los ladrilleros no ha avanzado por completo debido a varios factores, y uno de ellos son las reglas de operación establecidas. Estas reglas no son claras, lo que ha generado confusión y dificultades en la implementación de los hornos Mk2, que se presentaron como una alternativa más limpia.
Es evidente que el tiempo sigue corriendo y las consecuencias negativas persisten. La producción de ladrillos artesanales continúa, generando contaminación y poniendo en riesgo la salud de los habitantes de nuestra ciudad. Ellos no pueden parar su producción, también tienen necesidades económicas y evidentemente de salud, entonces la urgencia de que las autoridades actúen con voluntad y determinación para romper este ciclo de inacción es apremiante.
La problemática de los ladrilleros en el Estado de Guanajuato no puede ser ignorada ni postergada una vez más. Es el momento de hacer honor a las promesas y planes presentados.
La salud de las personas y el cuidado del medio ambiente están en juego. Este esfuerzo conjunto requiere de un enfoque de acompañamiento y atención personalizada, en el sector ladrillero, beneficiando tanto a las familias involucradas como al medio ambiente que todos compartimos.