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viernes, abril 19, 2024

Cómo honrar de manera adecuada el 40 aniversario de Star Wars

Antes que nada, una introducción.

Star Wars, ese nombre incluye todo lo que podemos pensar. Ha pasado de simplemente ser el sueño de un director a la franquicia más rentable en la historia del cine; a una filosofía de vida, a una cultura entre las masas que con ansias esperan cualquier producto referente a la saga. Un éxito de donde se le vea y con el mismo nivel de repudio y amor que las cosas grandes en este mundo tienen.

Y cuesta pensar sus inicios, porque en el fondo nadie quería Star Wars.

La década de los setentas es la más fructífera en cuanto la capacidad de directores frente a los estudios de cine. Es la época en la que se acaba el contrato del creador exclusivo para un estudio y se le da más libertad para buscar su estilo, pero así como eso es un hecho, también es el que una camada de directores que buscan homenajear a sus maestros e influencias porque el cine ha madurado y apenas encuentra su impacto taquillero.

Es precisamente Lucas el iniciador de la década con su ópera prima THX 1138 (1971), porque anterior a eso los directores provenían de proyectos hacia finales de los años 60’s, aunque si nos ponemos estrictos podemos contar a Ralph Bakshi por Fritz el Gato (1972) y a los hermanos Mitchell por Tras la puerta verde (1972) (aunque entra en debate la situación pornográfica de las dos películas en un época que permitía esto… no es para nada un desperdicio este encuentro de ideas por si lo tienen).

Con su segunda película –American Graffiti (1973)- los estudios se dieron cuenta de su potencial, pero nadie dijo que fijarse en el potencial es igual a producir, porque The Star Wars –nombre que cambio durante los años- no tenía aceptación entre las grandes productoras.

Fue con Alan Ladd Jr. que por fin se obtuvo producción bajo la tutela de 20th Century Fox. El director en ese entonces del estudio creía en el joven Lucas, más no en el proyecto, que encima se estaba volviendo muy caro. Aun así cedieron los derechos de comercialización al director y se sentaron a esperar lo que fuese. Y repito, nadie quería Star Wars en su vida, ni los trailers de la película la hacían ver como la saga espacial por excelencia.

https://www.youtube.com/watch?v=vP_1T4ilm8M

Es más, los efectos especiales ni estaban terminados.

La película se estrenó… y tomó al mundo por sorpresa.

Recuperó un encanto perdido hacia la ópera espacial, hizo soñar a los niños que asistían como maníacos al cine, revolucionó a la industria con su producción de punta. Hay un antes y después de Star Wars y es precisamente nuestro representante patriarcal en la industria como ningún otro.

Y yo lo amo, así como muchos otros.

Es por eso que el día de hoy no pienso hablar sobre la película, sino sobre un asunto, porque lo que vemos de Star Wars, no es más que una farsa hipócrita.

El peor enemigo de Star Wars… es su padre.

En la década de los ochenta, Ted Turner tuvo la idea de colorear clásicos de formato en blanco y negro; lo hizo con ¡Qué bellos es vivir! (Frank Cappra, 1946), lo hizo con King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Shoedshack, 1933) y la gota que derramó el vaso fue con Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941).

Muy a pesar de que Welles dijo explícitamente que su película no fuese coloreada, a Ted Turner no le importaba eso, a Ted Turner le importaba el dinero.

Una oleada de creadores se unió para discutir el tema de la colorización de material que no lo necesitaba y entre ellos por supuesto que hubo directores y críticos de cine. Leonard Maltin peleaba mencionando que sería lo mismo que pintar una fotografía de guerra, Roger Ebert y Gene Siskel dedicaron un programa entero de Siskel & Ebert and the movies para hablar de esta “nueva forma de vandalismo”. John Huston, el legendario director de El halcón maltés (1941) declaró que lo que hacían con su película era un insulto y esto hizo que los realizadores de la década pasada también hablasen al respecto, Steven Spielberg en conjunto con Woody Allen, Milos Forman y George Lucas conseguían firmas para prohibir este acto y fue George Lucas el que fue al Congreso de los Estados Unidos en 1986 y soltó un discurso que es un poco largo pero vale la pena que lo leas si tienes curiosidad o si eres un fanático de Star Wars, porque es revelador:

“Mi nombre es George Lucas, soy escritor, director, y productor de películas y presidente de Lucasfilm Ltd, una compañía multifacética en el mundo del entretenimiento. No estoy hoy aquí como escritor, director, productor o presidente de una compañía. Estoy aquí como ciudadano de parte de una gran sociedad que está en necesidad de un ancla moral que ayude a definir y a proteger su herencia cultural e intelectual, porque esto no se está logrando.

La destrucción de nuestra herencia fílmica, lo cual es el tema que nos concierne hoy es sólo la punta del iceberg. La ley americana no protege a nuestros pintores, escultores, cantantes, autores o cineastas de que se les distorsione su material y con ello arruinar su reputación. Si algo no se hace ahora para defender los derechos morales de los artistas, las presentes y futuras tecnologías lo alterarán, mutilarán y destruirán para futuras generaciones. Así las verdades humanas y los más altos sentimientos que individuos talentosos de nuestra sociedad han creado perecerán.

El derecho de autor es mantenido en confianza por su dueño hasta que ultimadamente pasa al dominio público. Los trabajos de arte americanos pertenecen al público americano, son parte de nuestra historia cultural.

La gente que altera o destruye obras de arte y nuestra herencia cultural para obtener ingresos o como un ejercicio de absoluto poder son bárbaros, y si las leyes de los Estados Unidos continúan perdonando este comportamiento, la historia nos clasificará como una sociedad bárbara. La preservación de nuestra herencia cultural puede no parecer tan importante como el tema de “cuándo empieza la vida” o “cuándo debería de acabarse” pero es importante porque va hacia el corazón que nos define como humanos. La expresión creativa es el núcleo de nuestra humanidad, el arte es un comportamiento humano, debemos respetarlo así como tenemos respeto por la raza humana.

Estos desfaces actuales apenas son el comienzo. Hoy, ingenieros con sus computadoras pueden agregar color a películas en blanco y negro, cambiar el soundtrack, acelerar el ritmo o agregar o quitar material de acuerdo a los gustos filosóficos del que tenga el copyright. Mañana, la tecnología más avanzada será capaz de reemplazar actores con caras más jóvenes o crear un nuevo negativo con los cambios que el dueño de los derechos desee por el momento. Los dueños de propiedad intelectual hasta ahora han sido diligentes en preservar los negativos originale de lo que controlan. Para poder obtener negativos originales, muchos historiadores fílmicos han tenido que ir a países del bloque oriental en donde las películas americanas se han preservado de mejor manera.

En el futuro se volverá más fácil perder negativos originales y ser “reemplazados” por nuevos. Esto sería una gran pérdida para nuestra sociedad, nuestra historia cultural no debe permitir que se reescriba.

No hay nada que detenga a entidades extranjeras o gangsters ególatras de comprar películas, grabaciones, libros y pinturas americanas para cambiar nuestra herencia cultural que se acomode a su gusto.

Acuso a las compañías y grupos que dicen que la ley americana es suficiente, que engañan al congreso y a la gente para poner sus intereses económicos.

Acuso a las corporaciones que se oponen a los derechos morales del artista, de ser deshonestos e insensibles hacia la herencia cultural americana y de estar interesadas sólo en resultados bimestrales y no en el interés a largo plazo de nuestra nación.

El interés público es más predominante sobre todos los demás intereses, y prueba de ello es que incluso una ley de derecho de autor permite a sus creadores y herederos un tiempo límite para que estos disfruten los frutos económicos de sus trabajos.

Hay quienes dicen que la ley americana es suficiente, eso es una falacia ¡No es suficiente! Si fuese así ¿Por qué estaría aquí? ¿Por qué John Houston ha sido ignorado cuando protestó por la colorización de El halcón maltés? ¿Por qué nuestras películas son recortadas y masacradas?

Se debería poner atención a esta pregunta proveniente el alma y no sólo relevarlo a procedimientos contables. Se debería poner atención al interés de aquellos que aún no han nacido, que deberían ser capaces de ver a esta generación como se vio a sí misma, y a la generación pasada como ella se vió.

Espero que tengan el valor para liderar a América en reconocer la importante del arte americano para la raza humana y de crear una protección adecuada hacia los creadores de este arte como se le ha realizado en el resto de las comunidades de todo el mundo.

Todo el mundo aplaudió, la situación con Ted Turner no fue tan exitosa por lo tanto abandonó la colorización y todos fueron felices, hasta 1997, el año en el que llegó esto:

Ese año fue el año en el que vi por primera vez la trilogía original y lo agradezco de todo corazón por la experiencia de verla en la pantalla grande. El Imperio Contraataca no sólo es de mis películas favoritas, es mi anécdota como cinéfilo más añorada y ver estas películas a una edad joven cambia mucho tu vida.

El problema fue, que como ahí decía, esto era una “edición especial” con nuevas escenas, nuevo montaje de sonido, nuevos efectos… esto no lo consideras problemático cuando eres niño y andas emocionado frente a la pantalla grande, pero con el pasar de los tiempos te cuestionas.

George Lucas, de manera irónica se volvió aquello que mencionaba en su discurso: un bárbaro que alteró las películas para su propio beneficio y esto sólo fue el principio porque para la siguiente década alteraría otra vez la trilogía original.

Es un insulto pensarlo y más por el hecho de que Lucas no quiere que las versiones originales se vean. Cuando el Congreso de Estados Unidos comenzó a preservar material fílmico en respuesta al discurso de Lucas en 1989, este les otorgó una copia de la edición especial, jamás les dio el material original de 1977.

Porque nada dice “la película que cambió la historia de la cultura popular” como el trasero digital noventero de un extraterrestre cruzándose en la escena.

Esta omisión histórica sería más insultante cuando, tras años y años y años de recibir quejas y peticiones para que se lanzara la trilogía sin alterar… llegó:

Llegó, sin ceremonia, sin preservación, con una transferencia mediocre por parte de un laserdisc y sin el cuidado de la restauración que las otras versiones tuvieron. Esto hizo enfurecer a la gente que muy a pesar de todo esto está casada con la franquicia y compraron las ediciones en dvd porque, seamos honestos: George Lucas jamás iba a lanzarlas como se debía.

…hasta que…

Una nueva esperanza.

Este hombre es Petr Harmáček, un checoslovaco que se dedica a dar clases de inglés en Plzeň, es un fanático de la franquicia a tal grado que su tesis para maestría fue sobre el impacto cultural de Star Wars. Él afirma que las ediciones especiales dañan la preservación cultural de las versiones originales y que esto contribuye a hacer floja a la audiencia, a no tener consideración por efectos que parezcan de una época.

Así que cansado de nunca ver una respuesta por parte de Lucasfilm, se dedicó a restaurar la trilogía original.

El resultado es maravilloso porque es la versión original formada por un Frankenstein de fuentes como viejos Laserdisc, negativos originales que fotograma a fotograma restauró y algunas secuencias en blu ray que además arregló en su color original.

Y lo mejor de todo esto, es que “Harmy” hizo esto sin fines de lucro. Tú, en estos momentos, puedes buscar la edición “despecializada” y bajarla en tu computadora. La comunidad añora el trabajo que ha hecho y se han puesto a realizar box sets que puedes construir para que así tengas en tu colección la trilogía como se vio el primer día.

Y hasta el día de hoy a Harmy le llegan ofertas y sigue defendiendo que la trilogía debe ser vista así, encima de que no se debe de cobrar. Han pasado 40 años y ahora las cosas cambiaron: Disney es dueña de Lucasfilm mientras que George Lucas aparece como loco dando entrevistas sobre el daño que hacen las nuevas películas a su obra original, no dándose cuenta de la ironía más grande de la galaxia.

Así que, estimado lector ¿Por qué no decides mostrarles a tus hijos, a tus amigos, a tu novia o alumnos la saga espacial por excelencia sin alteraciones en este 40 aniversario?

Porque resulta increíble, pero una de las películas que más ha inspirado a la gente a seguir sus sueños se encuentra atrapada en el limbo del olvido por parte de su creador. Lo menos que se puede hacer es apoyar a las nuevas voces que con paciencia hicieron que esa visión del material original fuese una realidad.

También existe un documental acerca del interesante proceso que llevó a cabo:

Puedes visitar la página de Harmy en Facebook:
https://www.facebook.com/despecialized

 

Finalmente, en este enlace hay un tutorial para que tengas esta belleza en tu colección.

 

Feliz 40 aniversario Star Wars, a ti no George Lucas, sino a tu obra maestra.

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