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miércoles, abril 24, 2024

Comunicación fracturada

Muchas crisis están entre nosotros y poco se atina a narrarlas.

La economía ya estaba desastrada antes de la pandemia. Ahora el quiebre trae lo menos deseado: desempleo mayor, negocios de todo tipo desaparecerán, falta de dinero… Y en las crisis es cuando todo se pone a prueba. Los gobernantes hacen lo que su preparación les da. Pero a estas alturas, resulta obvio que hay un cruzadero de mensajes contradictorios y hasta falsos.

Alguien sentenció que existen mentiras, delitos y estadísticas; no es casual que la estadística se incluya en ese dicho, simplemente porque ella es objeto de sesgos y manipulaciones: ¿Cuántos infectados hay entre nosotros? ¿tienen los hospitales capacidad para resolver? ¿cuánto durará? y, desde luego, ¿quién trajo el virus tan cerca como a cada uno de nosotros? ¿cómo controlarlo, aparte del agua y el jabón?

¿Le creemos al gobierno federal? ¿nos atenemos al estatal? ¿los municipales son ágiles en sus respuestas? Difícil conciliarlos porque no están coordinados como trabuco de crisis.

Cada gobierno dice lo que tiene que decir de acuerdo a sus intereses, y eso tiene consecuencias: habitantes hay desde quienes creen –violentamente incluso- que todo es un invento gubernamental, hasta los que piensan la cuarentena como arresto domiciliario. Ese caldo está hirviendo sin que se baje el fuego.

Las crisis nos dejan ver que las cosas en común no están bien dichas ni eficientemente transmitidas, lo que trae peligros adicionales a los que nos se han ido, como la violencia criminal. Gobernar es comunicar, pero lo que pretenden todos los gobiernos les rebotará si insisten en la propaganda.

Arturo Miranda Montero
Arturo Miranda Montero
Profesor y gestor asiduo de la política como celebración de la vida juntos.

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