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jueves, abril 25, 2024

Control de peso: ¿Cuál es la mejor dieta?

Con las doce uvas del fin de año, enumeramos la misma cantidad de propósitos para el ciclo que nos inicia.  Seguramente, este año pedimos todos “salud” con más fervor que en otros momentos, pero seguirá apareciendo por ahí “bajar de peso”.  En días pasados veía yo un en vivo de la española Miriam Sánchez, quien cuestionaba fuertemente el que cada enero hagamos lo mismo.  ¿Qué ocurre con nosotros que cada año nos hacemos propósitos centrados en el cuerpo? ¿Qué pasa que recurrentemente buscamos un cuerpo ideal? ¿Por qué lo que has intentado no ha dado resultado y llevas tanto tiempo pidiendo lo mismo?  ¿Por qué cada año inicias una “dieta”, que al final no te funciona? ¿Cómo saber cuál es la mejor dieta?

Hace ya muchos años escribí un artículo llamado “La angustia en la mujer con obesidad. Un enfoque psicoanalítico.”  Hoy día vuelvo a leerlo y me parece que nada ha cambiado.  El mercado nos ofrece una multiplicidad de opciones para bajar de peso. Dietas cada vez más complejas, alimentos cada vez más caros, ejercicios cada vez más complicados.  Brincamos de una a otra, tratando de encontrar una receta mágica, como queriendo dejar que otra persona, tendencia o producto den solución a nuestra situación o que simplemente nos digan lo que queremos escuchar: que no hay necesidad de poner esfuerzo.

Finalmente, ¿cuál es el resultado? Pues que encontramos que muchos de estos tratamientos en un inicio funcionan, nos emocionan, también nos matan de hambre o hacen que nos duela la cabeza, nos den mareos, palpitaciones, cambios de humor y otros síntomas incómodos. Para muchas personas, esto pareciera que no importa: si se pierde peso hay toda la disposición a tolerar lo que sea.  El problema es que con el tiempo no podemos sostener ese tipo de intervenciones y terminamos recuperando los kilos perdidos o incluso ganando más y, como resultado, no podemos dejar de sentir enojo, frustración, depresión y una afectación a nuestro sentido de logro, haciéndonos pensar que no importa lo que hagamos, no lo conseguiremos nunca.

En este sentido, es muy valioso poder identificar qué tratamientos no son los adecuados y cuáles son buenas opciones para obtener resultados sostenibles a largo plazo.  El Dr. Ignacio Jáuregui-Lobera de la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla, España, señala que las “dietas de moda” o “dietas milagro” que no darán resultado, son aquéllas que son monótonas, cuya cantidad de calorías es muy baja para las necesidades del individuo y que no satisfacen tampoco el requerimiento de vitaminas y micronutrimentos inorgánicos; son aquéllas que promueven la baja de peso por pérdida de fluidos, electrolitos y proteínas corporales; tienen un efecto yo-yo de rebote al final y generan riesgos nutricios y de salud.  Estas “dietas” son las que dependen de un solo menú, de un alimento o que preponderan un grupo alimenticio. Son aquellos abordajes en los que si no te cambian tu menú cada semana, no se hacen responsables si no bajas de peso. También esos tratamientos que se basan en pastillas o cápsulas sin nombre, las que encuentras en revistas, las que vienen acompañadas de miles de pesos en productos o las que se proponen para ganar “retos”.

Entonces, ¿cuáles son las mejores dietas? El mismo Dr. Jáuregui-Lobera indica que aquellas que son bajas en calorías, con muchas frutas y vegetales, buenos hábitos alimentarios, con comidas  regulares iniciando por un buen desayuno, control de porciones, instalación de actividad física adecuada y pérdida de peso entre 0.5 y 1 kg por semana.

Por su parte, los Dres. Cena y Calder, de las Universidades de Pavia y Southhampton señalan que una dieta saludable, que precisamente promueve un peso adecuado, es la que provee macronutrimentos (proteínas, grasas y carbohidratos) en proporciones correctas para sostener las necesidades energéticas y fisiológicas sin un exceso en la ingesta, mientras también proveen suficientes micronutrimentos e hidratación para cumplir con las necesidades fisiológicas del cuerpo. Estas dietas pueden ser tradicionales o diseñadas, generalmente son ricas en fuentes vegetales e incluyen frutas y verduras frescas, granos enteros, leguminosas, semillas y nueces y son bajas en productos de origen animal, que suelen ser reducidos en grasa, como las carnes magras y los lácteos descremados.  Se evitan las carnes procesadas.  Tradicionales se refiere a las típicas de nuestra localidad (por ejemplo, una dieta basada en frijol, tortilla, nopales, salsas, es muy saludable); las dietas diseñadas son las elaboradas por profesionales de la nutrición.

Hay muchos estudios que comparan la efectividad de distintos tipos de dietas para el control de peso.  Por ejemplo, la Dra. Fechner y su grupo compararon la efectividad de distintos grados de reducción de hidratos de carbono o de la sustitución de los mismos sobre la pérdida de kilos; estos investigadores encontraron que al reducir carbohidratos se reduce peso y se mejoran parámetros en sangre. Sin embargo, pudiera ser que el efecto fuera más por la sustitución de los carbohidratos por ciertos tipos de grasas que por ser dietas bajas en estos nutrimentos.  Por su parte, el Dr Schwingshackl junto con sus colaboradores revisaron el efecto del ayuno sobre la disminución de peso, grasa y medidas corporales.  Encontraron que efectivamente tiene un efecto positivo, pero que no es diferente al final de cuentas con el que se obtiene con las dietas de restricción calórica continua.

Por último, el Dr. Lemstra y su equipo, han publicado algunas claves para que los procesos de control de peso sean exitosos.  De entrada, debemos considerar que los tratamientos que incluyen alimentación y ejercicio tienen mejores resultados que los que solamente consideran lo que se come o que solo se basan en la actividad física.  Luego… el secreto está en el apego.  ¿Qué significa esto?  Que entre más puedes durar en un tratamiento, mejores resultados tendrás.  Para poder lograrlo, hay factores que estos autores han encontrado como claves:  1) es importante que el tratamiento lo establezca y supervise un profesional; 2) es mejor que el enfoque sea basado en la modificación dietaria, más que centrado en la pérdida de peso; 3) que incluya soporte social, es decir, que se involucre a la familia y a los círculos en los que se mueve el paciente.  Yo a esto agregaría que el profesional que atienda al paciente debe estar entrenado en técnicas para el cambio de conducta y que los resultados se potencian cuando se trabaja en un equipo multidisciplinario, donde se incluya al psicólogo, al profesional de la activación física y al médico.

Es fundamental entender que todo esto no aplica a niños y adolescentes. El mejor tratamiento para ellos es la prevención. Si ya tienen sobrepeso, entonces es fundamental no someterlos a dietas restrictivas, no establecerles dietas “keto” ni “ayunos” de ningún tipo. Hay que llevarlos con profesionales que re-estructurarán su consumo y sus hábitos de una manera natural, sin presiones que los predispongan al desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria.

Como conclusiones, tenemos lo siguiente:  No hay dietas mágicas. Es fundamental acudir con un nutriólogo que esté preparado para la atención del sobrepeso y la obesidad, que tenga experiencia y que incluya estrategias para el aumento del apego al tratamiento. El abordaje debe contar con estrategias de mantenimiento una vez que se logren las metas.  Si tu profesional de la nutrición trabaja en un equipo multidisciplinario de salud, será aún mejor.  Más que una “dieta”, se conseguirán mejores resultados con un plan de alimentación que enseñe a comer saludablemente y a cambiar los hábitos de vida hacia otros más adecuados, promoviendo el autocuidado, la autogestión y la responsabilidad por uno mismo.

ANA OLIVIA CABALLERO LAMBERT Miembro y expresidente del Colegio de Nutriólogos de León. Nutrióloga Clínica, máster en Psicología Clínica. Entrenamiento en trastornos alimentarios. Educadora en Diabetes.  Consultora privada. Coach nutricional.

REFERENCIAS:

Caballero-Lambert AO.  La angustia en la mujer con obesidad. Disponible en: La angustia en la mujer con obesidad. Un enfo | Psiquiatria.com.

Jáuregui-Lobera I. Dietas de moda, dietas milagro, culto a las dietas… sin resultados.  JONNPR. 2017;2(3):90-93.

Cena H, Calder PC. Defining a Healthy Diet: Evidence for the Role of Contemporary Dietary Patterns in Health and Disease. Nutrients 2020, 12, 334.

Fechner E, Smeets E, Schrauwen P, Mensink RP.  The Effects of Different Degrees of Carbohydrate Restriction and Carbohydrate Replacement on Cardiometabolic Risk Markers in Humans—A Systematic Review and Meta-Analysis. Nutrients 2020, 12, 991.

Lukas Schwingshackl, Jasmin Zähringer, Kai Nitschke, Gabriel Torbahn, Szimonetta Lohner, Tilman Kühn, Luigi Fontana, Nicola Veronese, Christine Schmucker & Joerg J Meerpohl:Impact of intermittent energy restriction on anthropometric outcomes and intermediate disease markers in patients with overweight and obesity: systematic review and metaanalyses, Critical Reviews in Food Science and Nutrition 2020. Disponible en: https://doi.org/10.1080/10408398.2020.1757616

Lemstra M, Bird Y, Nwankwo C, Rogers M, Moraros J. Weight loss intervention adherence and factors promoting adherence: a meta-analysis.  Patient Preference and Adherence 2016:10.

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