Dr. Francisco Javier Álvarez Torres
El origen de las palabras “corona” y “virus” nos invita a reflexionar más allá de la pandemia que estamos viviendo la mayoría de los países del orbe, situando nuestra atención en los aprendizajes críticos que han puesto en evidencia aquello que por generaciones no se ha querido abordar: Nuestra Decadente Sociedad.
En el origen de nuestras palabras se esconden los aprendizajes milenarios de la evolución de nuestro lenguaje, pero también la visión de los primeros seres humanos en esta tierra; si diseccionáramos la palabra “coronavirus” desde sus orígenes etimológicos, observaríamos que “corona” se encuentra relacionado con el concepto de la curvatura y el círculo y la palabra “virus” con aquello que es venenoso y dañino.
Ahora, imagina por un segundo que puedes viajar en el tiempo, tan sólo 6 meses antes, fuera de este contexto hipermediático de la pandemia global y te pediría un análisis de estas dos palabras: ¿qué viene a ti cuando se habla de un concepto cíclico y venenoso para la humanidad? Podrían venir cientos, pero sin duda, una de las posibles y frecuentes respuestas sería nuestro sistema económico global, un sistema que genera desigualdades entre los países, guerras locales, problemas de abastecimiento de agua en algunas regiones del mundo y sobre todo impactos críticos en el cambio climático y por ende a la preservación de nuestra Madre Tierra.
Sí, el Coronavirus (Covid-19) puede ser el maestro que nuestra sociedad en decadencia ha necesitado por generaciones.
El Coronavirus (Covid-19) aparece en un momento social y económico clave en nuestro planeta, en medio de una negación sistemática por parte de ciertas potencias mundiales en los impactos por parte de los medios de producción en la capacidad regenerativa del planeta, pero además, en un impasse del crecimiento y desarrollo económico. Una economía global que no termina por generar el bienestar en la mayoría de los seres humanos y un sistema creado en la aglomeración de recursos en unos pocos. Lo anterior se refleja en cómo cada continente, cada país y cada región enfrenta esta pandemia global: Encerrándose en sus fronteras, fomentando la cooperación internacional o simulando que nada pasa.
Este escenario nos invita a una profunda reflexión, no sólo en el terreno económico, que sin duda es la mayor preocupación de todas y todos, pues intuimos el colapso de nuestras economías y con ello una serie de cambios drásticos. Si bien, nuestro sistema económico, político y social vivirá estos cambios, de la humanidad dependerán los aprendizajes y la aplicación de los mismos. En ese sentido, te quiero compartir cinco aprendizajes que pueden derivarse en la era post-Covid y que advierto podrían ser la columna vertebral de un nuevo sistema económico y social:
Aprendizaje 1. El sistema no es tan fuerte como se pensaba. El maestro Covid-19 nos ha enseñado las fragilidades y grietas del sistema, el acaparamiento de pruebas o insumos médicos por algunos países, la falta de empatía de los gobiernos en los apoyos a las y los microempresarios o la poca voluntad de atender las recomendaciones de los gobiernos por parte de la población han puesto en evidencia que los sistemas de gobierno no son tan fuertes como se pensaban. La percepción de la robustez del Estado (tanto en Occidente como en Oriente) se ha fortalecido en algunos casos, pero en la mayoría se ha debilitado, especialmente en las democracias de la Europa Occidental. La zona Euro termina por morir en medio de la crisis económica y de salud más drástica del milenio. Esto cambiará el rostro de las democracias europeas y con ello la mayoría de las democracias en el mundo occidental, incluyendo América Latina.
Aprendizaje 2. La inversión en ciencia y salud. De manera sistemática, en países de América Latina se ha cuestionado la inversión en ciencia y salud, lamentablemente en la última década, aún sigue siendo el sueño dorado: la inversión del 1% del PIB en I+D. Sin embargo, las y los científicos, aún de las economías más erosionadas por los recortes, se han manifestado para sumar a esta nueva crisis con soluciones tanto a corto como a largo plazo. Y no sólo especialistas en salud o ciencias biomédicas; sino también especialistas en educación e innovación tecnológica que levantan la mano, impulsando la educación en línea, nuevos esquemas de aprendizaje o desarrollos de emprendimiento digital. En este momento de la humanidad, las y los científicos comprometidos con sus países y regiones han levantado la mano para posicionarse como aliados estratégicos en la reconstrucción de la nueva sociedad.
Aprendizaje 3. Organizaciones Flexibles y Protectoras de Talento. Durante mucho tiempo, especialmente en las áreas más tradicionales de las regiones, especialmente en América Latina y con especial énfasis en México, se ha ponderado el desarrollo y diseño de organizaciones extremadamente tradicionales, jerárquicas y con carentes liderazgos conciliadores, más bien autoritarios. Lamentablemente, esto en gran medida protegido por oficinas de Recursos Humanos arcaicas, que se han pasado ejecutando estrategias que despide a las y los talentos, quienes buscan acciones orientadas hacia la Flexibilidad, Decisiones Horizontales y el Bienestar de su Comunidad son castigados. El Covid-19 nos ha enseñado algo, ese tipo de organizaciones, líderes y discursos desaparecerán en la sombra de una sociedad individualista, aristocrática y sobre todo limitadora en la exposición y aplicación del talento de las personas. Las nuevas organizaciones nacen con un alto componente de flexibilidad, protectoras del talento y de los liderazgos inspiracionales y sobre todo con una agenda muy clara en la inclusión, digitalidad y respeto por la equidad de género.
Aprendizaje 4. La Universidad: Pieza clave del debate global y local. La educación universitaria como un espacio autónomo es el lienzo perfecto para iniciar la reconstrucción de la sociedad post Covid-19, pero para hacerlo, también necesita una profunda reconstrucción de sus prácticas: Dejar atrás los liderazgos estructurales y fomentar los liderazgos inspiracionales, conectar con sus verdaderos orígenes y con ello atraer a los mejores talentos en este reto global, pero de igual manera dejar ir aquellos perfiles que restan a la misión de la Universidad. Propiciar políticas de inclusión, respeto de los derechos humanos y una alta orientación a la digitalidad, la innovación y el emprendimiento; pero sobre todo, para la Universidad es necesario se asuma como ese espacio flexible, abierto y conciliador para manifestarse como un organismo orquestador de una sociedad inestable que requiere del debate, de la diferencia y eventualmente del acuerdopara esta nueva sociedad que se vislumbra.
Aprendizaje 5. El planeta nos necesita más que nunca. La Madre Tierra nos pide escucharla. Cada vez más investigaciones relacionan al cambio climático con la aparición del Covid-19. Especies que comúnmente viven alejadas del ser humano, ante la depredación de sus ecosistemas han migrado a las ciudades en búsqueda de alimento, propiciando el incremento en la tasa de contagio de animales salvajes al ser humano. El maestro Covid-19 nos advierte que esto puede ser el inicio de una adaptación climática y ambiental en el corto plazo aún más drástica, especialmente si continuamos en la misma dirección. La visión antropocentrista donde el Planeta nos pertenece debe morir. Debemos orientar nuestras economías, nuestra educación y nuestras políticas: preservando el planeta, no lastimándolo.
Covid-19 es el maestro que pone en evidencia nuestros mayores miedos como humanidad, pero también expone nuestros mejores talentos, no olvidar aprender de ellos: Bondad, Gratitud, Innovación y Colaboración.