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jueves, abril 25, 2024

¿Al margen de la Ley nadie?

El pasado 19 de noviembre de este año el General Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional, acusado y arrestado por el gobierno estadounidense por nexos con el narcotráfico, regresó a su casa, en una operación fast track, como resultado de una aparente maniobra política entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, al margen de la justicia estadounidense. Ante ello, vale la pena preguntarse qué habría sucedido si esto hubiera pasado durante el sexenio de Enrique Peña Nieto o de Felipe Calderón. ¿Qué habrían dicho los que ahora apoyan a la cuarta transformación?

El asunto está en el ojo del huracán mediático de hoy día. Personas a favor y en contra de la rapidísima liberación del General Cienfuegos y su repatriación que le ha permitido ya estar durmiendo en su casa.

Existe una serie de información equivocada, por el abuso de la ignorancia de como son los procesos en Estados Unidos, pero lo más importante a destacar es que existen pruebas contundentes en Nueva York para haber procedido contra Cienfuegos. De acuerdo con los expedientes hay más de mil mensajes por BlackBerry donde Cienfuegos estaba negociando abiertamente con los líderes del Cartel H2, una ramificación del Cartel de los Beltrán Leyva y de conversaciones grabadas donde el General está narrando los “otros trabajos” que realizó a otros carteles de la droga, en otros momentos de su vida de carrera militar.

Justamente hace un mes aproximadamente, cuando Cienfuegos fue detenido, la Fiscalía de Nueva York ya había abultado mucho más las pruebas, cada vez más sólidas, en contra del exsecretario de la Defensa, pero el tema no puede dejar de pensarse como muy incómodo para diversos grupos de poder en México, que al final se demuestra una vez más que se aglutinan en uno solo.

Una larga cadena de personas que durante la carrera militar de Cienfuegos estuvieron al margen de la protección institucional y del cártel de los Beltrán Leyva, evidencia el entramado de favores entre el gobierno mexicano y los cárteles de la droga. Cienfuegos, vinculado a Luis Cárdenas Palomino y a Genaro García Luna, exfuncionarios de la Secretaría de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, deja claro que la serie de hechos en la relación México-Estados Unidos en los últimos meses, con Trump y López Obrador como sus protagonistas, tiene más fondo con base a sus interés políticos domésticos que la fachada de la foto de los dos aparentes amigos populistas en ambas esferas del espectro político entre izquierda y derecha.

El gobierno federal actual, en términos declarativos, está defendiendo al General Cienfuegos desde la presidencia de la República. Eso es un hecho. Existe una defensa atípica y no es congruente con la declaración que AMLO dijo un día después de la detención de Cienfuegos en su conferencia mañanera, celebrando su detención e incluso aludiendo, como casi siempre lo hace sobre cualquier tema, a que “eso no pasaba en los tiempos del neoliberalismo”. Cambió de opinión, también como en otras ocasiones. Interesante sería que a la opinión pública le compartiera el Presidente de la República por qué cambió su opinión o quién lo hizo cambiar. ¿Recibió alguna especie de presión de la élite militar o de otro grupo fáctico? ¿Cuán grave puede ser tratar de presionar al Presidente y lograrlo en un tema tan delicado como este?

Se atravesó toda la ya no tan prestigiosa diplomacia mexicana y al Estado mismo, así como la pretendida carrera política de Marcelo Ebrard como presidenciable al 2024, la no felicitación a Joe Biden y la única visita de AMLO a un país extranjero en lo que va de la administración, para que Estados Unidos le devolviera el favor López Obrador: un generoso regalo, la repatriación de Cienfuegos, significa una repatriación hacia la impunidad. ¡Todo está vinculado! No hay manera de contar esta historia y pensar que son eslabones sueltos. Ingenuidad sería pensar lo contrario. En política no hay casualidades sino causalidades.

No se puede leer de otra manera, en un país donde el 96% de los casos quedan impunes. Ninguna victoria de la justicia mexicana se le puede adjudicar a ningún sexenio, incluyendo al actual. Iniciado el juicio en Estado Unidos no podría Trump haber sacado a Cienfuegos de su país y le avienta la manzana podrida al sistema de justifica mexicano.

Es preocupante lo que hizo el Presidente López Obrador, porque Biden podrá retomar el tema, teniendo todo para hacerlo, incluso como revancha política. Mientras tanto, en México se rasgan las vestiduras algunos juristas como si el sistema de justicia domestico funcionara, como si todos los asuntos pendientes históricos de justicia tuvieran en la cárcel a los responsables. Ni del 68, ni de Acteal, ni del asesinato de Ruiz Massieu, ni el derramamiento de sangre por una guerra contra el narcotráfico totalmente fallida, ni de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, ni de los feminicidios de Ciudad Juárez y una larga lista de pendientes de la justicia mexicana, como los casos de Elba Esther Gordillo, de Emilio Lozoya Austin, de Ovidio Guzmán, etcétera, han tenido como resultado una sentencia ejemplar el Estado mexicano que tenga como sentencia que el que la hace la paga. Este sexenio exonera y, cobijados en su indiscutible legitimidad, hace lo que quiere y nadie dice le dice nada.

Es nuestro sistema de justicia, patriotero porque quienes aplauden la repatriación de Cienfuegos, se enarbolan en la soberanía de la justicia mexicana como si fuera efectiva, como si la impunidad no fuera su apellido o como si el Chapo Guzmán no se haya escapado de ella dos veces, dejando en ridículo internacional a nuestro país, porque es allá, en Estados Unidos, donde está, no aquí porque se nos va.

¿Qué habrá de fondo en todo esto? Personajes que han sido intocables en los sexenios de Calderón, Peña y ahora de López Obrador. El protagonista principal de este sexenio para tratar de llevar a la justicia a varios personajes ha sido por el sistema de justicia estadounidense. En México no hay carpetas de investigación. Han hecho nada en términos procedimentales judiciales y mucho mediáticamente para promover una consulta, por dar un ejemplo, para ver si se aplica o no la Ley y “llevar a juicio a los expresidentes”. Una verdadera barrabasada.

Se tiene que investigar lo que está pasando, porque las personas que votaron por este gobierno federal y hasta los que no, se lo merecen. Porque de otra manera, exonerando a Cienfuegos, la impunidad y libertad de los carteles se fortalecerá y este gobierno habrá sido marcado por la lengua mañanera más que por los hechos de justicia efectiva. Le representará más el distintivo de que al margen de la Ley todo y que por encima de la Ley siempre habrá alguien de mucho peso que haga hasta cambiar de opinión a quien se ha demostrado incapaz de hacerlo en otras esferas.

José Cristian Urrutia Negrete
José Cristian Urrutia Negrete
Licenciado en administración pública por la Universidad de Guanajuato, Director General del IMAP, maestrante en política y gestión pública en la Universidad Iberoamericana León, profesor universitario, instructor-capacitador y miembro fundador del Colegio de Administración Pública de Guanajuato Capital, A.C. Twitter: @urrutianegrete

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