Por Diego Armando Villegas Ramírez*
El mundo gira, no se detiene, de igual manera la vida y con la vida sus problemas. Un problema es una cuestión discutible que se debe resolver, por lo tanto, los seres vivos llegamos a este mundo para resolver problemas.
Álvaro, un pequeño varón que nació en un día soleado de primavera, enfrentó su primera necesidad: respirar. Después fue alimentarse y su meta fue poder comunicar lo que quería por lo que buscó sonidos hasta entender que llorar resolvía su problema, pero esto le duró poco tiempo. Al ir creciendo las metas cambian, las necesidades se acumulan y nuestras acciones de sobrevivencia tienen que ser más sustantivas y de mayor gestión.
En poco tiempo, Álvaro pasó de las necesidades fundamentales de subsistencia como la salud y alimentación, a necesitar protección y prevención que de pequeño se las brindó su madre, pero más tarde él tenía que ser autónomo. Encontró la necesidad de afecto que cubría con su familia, amistades, pero llegó el momento de cubrir la necesidad de privacidad, algo que se complicó ya que era el menor de tres hermanos y compartían una misma habitación. También requería entendimiento, educación, comunicación, momentos de ocio, juegos, ir a espectáculos, pero sus padres no podían cubrir esas necesidades o “gustos” porque sus ingresos económicos eran bajos. Álvaro a través de los años formó una identidad, tuvo que trabajar duro y aun con su esfuerzo le faltaron oportunidades para desarrollar sus habilidades y destrezas.
Álvaro al llegar a la edad adulta conoció una hermosa mujer de la cual se enamoró, se casaron y tuvieron una linda pequeña llamada Luna. Álvaro quería que Luna no pasara las mismas dificultades que él, así que desarrolló un plan de vida, procuraba su hogar, trabajaba mucho, se alimentaban sanamente y preparaba un plan para cubrir las necesidades y complacer los deseos de su hija, cuando un accidente repentino le quitó la vida.
Por más preparada y planeada que tengamos la vida, hay factores fuera de nuestro alcance que de un momento a otro cambian nuestro presente.
- Luna no está preparada para sobrevivir sin su padre.
- La madre está muy triste y vulnerable.
¿A partir de ese momento la vida de Luna y su madre cambiará?
- Claro, por supuesto que sí.
La vida sigue, el mundo no para y tenemos que aceptar y continuar nuestra existencia. Seguir con nuestras labores, cumplir con nuestras tareas, satisfacer nuestras necesidades y lograr tener los ingresos económicos para adquirir los recursos necesarios.
En el 20% de los hogares mexicanos vive una persona con algún tipo de incapacidad producto de un accidente. Solo el 15% de la población tiene seguro de vida. La región del país que más está cobrando conciencia sobre la necesidad de asegurarse es el Bajío debido a la migración y residencia de personas con más alto nivel educativo, y al crecimiento del PIB de la región. Aun con estos datos alentadores están las personas que no utilizan servicios de planeación, aunque sí les gustaría contar con ellos, pero no buscan la manera; ya lo dijo Deming hay que hacer las cosas (no solo con voluntad se materializan), hay que verificar, actuar y mejorar todos nuestros aspectos de vida.
Todos queremos lo mejor para nuestros hijos, pero no pensamos, mucho menos creamos un plan para su desarrollo personal, preparación profesional e incluso un esquema de protección en caso de no estar con ellos para verlos crecer.
Todos corremos riesgos, todos podemos prevenir, es momento de implementar acciones correctivas en nuestro proyecto de vida, en el apoyo para la vida de nuestra familia.
El pasado 3 de marzo celebramos el Día de la Familia; la familia se tiene que cuidar estando presentes o no, ese mismo día también celebramos el Día Mundial de la Vida Silvestre.
- Tenemos que amar a nuestra familia.
- Tenemos que amar a la naturaleza.
Todos somos habitantes de un hogar llamado Tierra. Todos los seres vivos somos familia. Todos dependemos de todos, por eso todos nos tenemos que cuidar.
La sustentabilidad está en manos de todos.
Tengan bonito día, bonita vida, amen y den gracias por estar vivos. El futuro es incierto. Hay que estar preparados. Hay que adquirir herramientas que nos protejan. Hay que entender nuestro entorno y cada día ir alcanzando nuestras metas.
*Maestro Ambiental, Gestor de proyectos.
