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viernes, abril 19, 2024

Curva peligrosa

He estado pensando en estos días sobre Curva Peligrosa de Pilo Galindo y el diálogo que ha prestado a través de 12 años de vida que ha tenido desde su publicación como libreto teatral. Es una relación de adoctrinamiento que es interesante de presenciar bajo la mirada de una persona ajena ya a esas etapas exploratorias que menciona la obra y sus protagonistas pero que ciertamente representan un grado de universalidad respecto al tema que la obra apunta hacia sus audiencias: el de una agonía adolescente respecto a los embates.

Curva Peligrosa nos habla de tres amigos en un momento de sus vidas, donde los tres ven con envidia a los beneficios de ser adulto que para ellos se traduce en un libertinaje que no comprenden mucho. Si bien la obra llega a sentirse vieja en la forma de hablar de los jóvenes -que tienden a ser más léperos y vulgares- lo que hace muy bien es trazar estos errores del machismo latente que los jóvenes adoptan, dándole poco espacio a una mujer que consideran su amiga, tratándola como un objeto de exploración y poco más que eso.

Esta universalidad de temas -porque es bastante obvio de que nunca vamos a forjar una alianza respecto a nuestra juventud- hace que Curva Peligrosa se preste a reinterpretaciones locales, la cual en turno es labor de Julieta Escobar.

Su adaptación no es diferente a la del texto local, así como tampoco las decisiones de escenografía -por parte de Héctor Campos Chio Puente– que van por el minimalismo comúnmente seleccionado en las representaciones de las que tengo registro, sólo que en esta ocasión el único elemento existente en el escenario se trata de una banca). Escobar opta por crear un escenario de corbata que le da una personalidad muy notoria a la representación, ya que Carlos, Corina Adrián llegan a interactuar con la audiencia, mirándolos de manera fija cuestionando el mundo de los adultos, y hasta sacando a bailar a una persona durante cierto momento de la obra.

Y al final de todo, lo que importa es la actuación del trío. Citlalli NietoLuis Rolando ArjonaGerardo Arrioja canalizan muy bien esta pubertad inconsciente de manera natural, a detallar la parte de Arrioja que logra volverse un pelmazo y un Luis Rolando que por su aspecto físico es el que da más apariencia de inmadurez.

Curva Peligrosa es una obra que bien podría sumarse a reediciones modernas, pero también rayaría en la imperatividad de hacerla más reciente que de valorar las preocupaciones de Galindo que dejó expuestas. Por lo que sin duda alguna sirve como un puente de díalogo perfecto para padres e hijos que decidan asistir al teatro, y darse cuenta de que no han sido tan diferentes, que sólo se requiere la confianza para evitar futuros Ícaros.

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