Por: Agustin Miguel Alonso Raya.
La decisión de legalizar o no el consumo de la marihuana debe partir de un debate abierto, plural y responsable e incluso en mi opinión personal amerita una Consulta Popular establecida en el artículo 35 Constitucional.
El Congreso de la Unión debería convocar a la ciudadanía a esta consulta de manera concurrente con las elecciones federales de 2015.
En este debate sería importante escuchar la opinión de la Comisión Global de Política sobre Drogas, integrada por los ex presidente de México, Ernesto Zedillo; Brasil, Fernando Henrique Cardozo; Colombia, César Gaviria, y Suiza, Ruth Dreifus; el ex secretario de Estado George Shultz, el ex jefe de la Reserva Federal, Paul Volcker y el ex secretario de la Organización de las Naciones Unidas Kofi Annan.
Este organismo se conformó con el fin de conducir a nivel internacional una discusión científicamente fundada acerca de las maneras humanas y efectivas de reducir el daño causado por las drogas a las personas y a las sociedades.
También hay que considerar a quienes, en nuestro país, como el ex presidente Vicente Fox, han propuesto legalizar todas las drogas, no sólo la marihuana.
En su informe de junio de 2011, la Comisión Global de Políticas de Drogas afirmó que “los inmensos recursos destinados a la criminalización y a medidas represivas orientadas a los productores, traficantes y consumidores de drogas ilegales, han fracasado en reducir eficazmente la oferta o el consumo”.
Ante este escenario, México debe de replantear el enfoque militar y policiaco que caracterizó el combate al narcotráfico durante el gobierno de Felipe Calderón y que dejó un saldo de más de 60 mil muertos, muchas de ellas víctimas inocentes sinvinculación alguna con actividades ilícitas, sin haber disminuido la capacidad y el poder de las bandas del narcotráfico.
La aprobación de 18 estados norteamericanos, Colorado y Washington lo hicieron mediante consulta popular en el marco de las elecciones del 6 de noviembre, de legalizar el consumo de la marihuana con fines curativos y/o recreativos, hace necesario que México también valore esta posibilidad ante las graves consecuencias que ha traído la cruenta lucha con el narcotráfico.
La legalización del consumo en estos estados norteamericanos ha generado opiniones como las del diputado Manlio Fabio Beltrones, coordinador del PRI; del equipo de transición del presidente electo Enrique Peña Nieto, e incluso del presidente Calderón, quienes coincidieron en la necesidad de “cambiar las reglas del juego” de México con los Estados Unidos, en relación a la estrategia de combate al narcotráfico.
De parte del PRD, el jueves pasado el diputado Fernando Belaunzarán ya presentó ante el pleno de la Cámara de Diputados una propuesta de Ley general para el control de cannabis y la atención de las adicciones, suscrita también por quien esto escribe.
Esta iniciativa contiene la intención de “entrar al debate y cambiar el paradigma punitivo a una visión de salud pública que contemple un buen programa nacional de prevención y tratamiento contra las adicciones y manejemos el tema de la marihuana desde la persuasión, la información y la educación”.
Para estos fines antes de la Consulta Popular el Congreso de la Unión debe organizar una campaña de difusión dirigida a la población que informe acerca del impacto en la salud del consumo de la marihuana y los aspectos positivos y negativos de una eventual legalización.
Algunos datos
En vista de dar algunas respuestas a este cuestionamiento, a continuación se mencionan algunas estadísticas:
Alrededor de 200 millones de personas en el mundo consumen drogas ilegales y 2 mil millones de consumidores de alcohol. 1
De acuerdo a la Encuesta de Usuarios de Drogas Ilegales de la Ciudad de México (EUDI) del año 2011, el mercado de marihuana en el D. F. está compuesto en su mayoría por hombres aunque el índice de mujeres va en aumento (por cada 2 hombres hay 1 consumidora)
Según el estudio realizado por el Colectivo por Una Política Integral hacia las Drogas, A. C. y con apoyo de la Open Society Foundations (OFS), el valor anual del mercado de marihuana en el D. F. es aproximadamente de unos 380 millones de pesos (28 millones de dólares) considerando el gasto promedio por consumidor y la dimensión de la demanda.2
La cifra de consumidores de cannabis en la capital del país se encuentra en un aproximado de 75 000 usuarios ubicados en un rango de edad que va de los 12 a los 45 años.
De cada 100 consumidores de drogas ilegales, 92 consumen marihuana. 30% compra en puntos fijos de venta, 17% en puntos efímeros y 11.7% obtiene marihuana con su círculo de amistades y solo el 0.3% la cultiva.
Existe un promedio diario de 24 personas detenidas y remitidas por agentes del Ministerio Público de la Secretaría de Seguridad Pública del D. F., por delitos contra la salud (incluyendo posesión de drogas y no necesariamente venta y/o distribución). Y las estadísticas de la PGR reiteran el aumento de estas detenciones a nivel nacional de un 41.3% en 2009 a 57.8% en los primeros mese de 2011.
Posturas a favor de la legalización de la cannabis:
La regularización permitiría un mayor control normativo regulatorio del mercado, por parte del Estado, tanto de los consumidores como de quienes se encargarían de su venta y distribución, así como de las ganancias económicas podrían ser utilizadas para beneficio del bien público de la sociedad.
Reduciría el riesgo y la disponibilidad de consumir drogas que repercuten en mayor medida a la salud, en comparación de la marihuana.
El conflicto violento entre poderes fácticos en lucha por el liderazgo del comercio ilegal de la marihuana se vería menguado ante la regularización que implicaría el acceso formal de dicha droga.
Poder brindar servicios de salud e información a los consumidores a través de instituciones especializadas que ayuden en su readaptación social.
Evitaría la posibilidad de que los consumidores fuesen confundidos con narcomenudistas y sean detenidos y extorsionados por partes de policías corruptos que entrampan a los consumidores.
