Al hablar de medio ambiente, existen dos teorías filosóficas que proponen distintos puntos de vista dignos de reflexionar. Estas teorías son muy importantes para tener un mejor dominio sobre este tema que requiere de nuestra atención, sobre todo en la actualidad que vivimos.
Nos referimos a la conservación y al utilitarismo, dos conceptos antagónicos que proponen las siguientes posturas: el primero, sostiene que la naturaleza no está antes que la humanidad, sino que la humanidad es parte de ella; el segundo, por su parte, refiere que la naturaleza tiene como propósito servir a las personas, proveyéndolas de bienes y recursos.
¿Cuál de los dos conceptos piensas que es el mejor? ¿Con cuál de ellos identificas tu actuar? Si pensaste en el segundo (utilitarismo), no estás sola/solo, te encuentras dentro de la mayoría de las personas que pueden ocasionar un daño al medio ambiente. Esto es común, pues es la visión que ha prevalecido en la educación y pensamiento de muchas personas, hasta hace poco. Ante ello, es importante destacar que la naturaleza no fue concebida para que la humanidad se aproveche de ella. Cuando esto ocurre, se obtiene como resultado un daño inminente al conjunto de seres vivos, incluida la persona humana.
Ante la situación de daño y excesiva explotación de los recursos naturales, han surgido muchas defensoras y defensores del medio ambiente, personas que se dedican a luchar para que toda persona tenga derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar tal y como se establece en el artículo 4º de la Constitución Política de nuestro país.
Ahondando un poco más en el tema jurídico, nos gustaría comentar que el derecho ambiental trae consigo una autorregulación en materia de derechos humanos, pues cada particular debe sentirse comprometido a cuidar el medio ambiente, ya que es un derecho fundamental personal, que nos corresponde a todas y todos por el simple hecho de haber nacido.
Así pues, los esfuerzos en México en esta materia ambiental, han sido insuficientes. A pesar de que otros países se han ido encaminado hacia la autotutela, es decir, propiciar el derecho que otorga derechos a la naturaleza; en nuestro país dicho progreso no se ha podido concretar.
Con lo anterior, no queremos presumir que no se han tenido avances en lo que al cuidado y protección del medio ambiente concierne pero, hemos de ser conscientes, de que enfrentamos problemáticas muy complicadas; por lo tanto, han de redoblarse esfuerzos y tratar de lograr mejores resultados.
Prueba de los esfuerzos anteriormente citados, hemos de resaltar la actuación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual reconoce la relación innegable entre la protección del medio ambiente y la realización de otros derechos humanos. Es así, que publicó recientemente su Opinión Consultiva OC-23/17 sobre ‘‘Medio Ambiente y Derechos Humanos’’.
Esta opinión surge a partir de una solicitud formulada por el Estado colombiano. La OC-23/17, procura que los estados que han ratificado la Convención Americana sobre Derechos Humanos, como lo es el caso de México, se obliguen, mediante la cooperación internacional, a evitar daños transfronterizos que puedan poner en peligro a la naturaleza.
Finalmente, los Estados deben comprometerse a regular las actividades bajo su jurisdicción, realizar estudios de impacto ambiental y establecer planes de contingencia, garantizando el derecho a la participación pública de las personas en la toma de estas decisiones. Por estas razones, la Corte estima necesario que los diversos órganos del Estado mexicano realicen el correspondiente control de convencionalidad aplicando los estándares establecidos en esta Opinión Consultiva.
Tomando en cuenta todo lo anterior y ante el desgaste crónico del medio ambiente, ¿qué tanto somos conscientes de la problemática mundial que enfrentamos en materia ambiental?
Mauricio Gómez Flores
Amicus, “Derechos humanos por el cambio social”
hola@amicusdh.org.mx
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