La muy lamentable tragedia en la Línea 12 del Metro donde perdieron la vida 26 personas, evidenció una vez más que López Obrador está enfocado más en la continuidad de la mal llamada 4T que en gobernar el país mismo que, ante su indiferencia e incapacidad, y las de su gabinete, literalmente, cae al precipicio.
Más allá de las causas, corresponde a las autoridades emitir el peritaje, el accidente desnudó el estilo salinista de gobernar de AMLO. No escuchó, no vio ni atendió a los damnificados.
Como no escucha, ni ve, ni atiende, a miles de víctimas de la inseguridad, los feminicidios, los niños fallecidos por falta de medicamentos contra el cáncer y las madres de los desaparecidos.
El Presidente priorizó el control de daños a su agenda política, en vez de dar atención a los deudos. Sólo le dedicó 20 minutos al accidente en su mañanera del día siguiente y fueron para expresar su respaldo a Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y a Marcelo Ebrard -promotor de la Línea 12 y de su inauguración cuando ocupó el mismo cargo- Canciller de la República y principal operador en el gabinete actual.
Literalmente, mandó al carajo a los afectados de la Línea 12. Con el pretexto de que es diferente a mandatarios del pasado que sólo iban a tomarse la foto en siniestros similares, López Obrador se negó a presentarse en el lugar del accidente a expresar de manera directa las condolencias a las familias de las víctimas y su solidaridad a los lesionados.
Pero no ha tenido empacho, durante los tres días de luto que él mismo declaró, en hacer una gira por las megaobras de su gobierno para tomarse fotos con el fin de presumirlas.
No es, sin embargo, una decisión diferente a la que asumió durante toda la pandemia. Frente a cientos de muertes diarias que se registraban en el país por el Covid-19, y ante la grave escases de oxígeno, medicamentos, personal, insumos y equipo especializado; en 2021 López Obrador tomó la decisión de destinar 103,200 millones de pesos (mdp) a las tres principales obras de su gobierno: la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya; lo que representa el 70 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Salud.
Fue indiferente al dolor y al luto de miles de familias, como lo es ahora en el accidente de la Línea 12.
En el imaginario de López Obrador, no existe nada más que la 4T. Lo que no entiende es que las drásticas determinaciones que está tomando para garantizar la continuidad de su proyecto político, están costando vidas.
Por ejemplo, el Sistema de Transporte Colectivo Metro sufrió una drástica reducción de presupuesto, particularmente en mantenimiento, lo que podría ser una de tantas causas del accidente registrado el 3 de mayo.
Según un Punto de Acuerdo presentado por el Grupo Parlamentario del PRD para citar a comparecer, en ocasión del accidente, a la Directora del Metro y a la Fiscal de la Ciudad de México, el presupuesto para el STC Metro en 2019 se redujo a 15 mil 652 millones 684 mil 591 millones de pesos, dicho monto, refleja una disminución de 15.3% en términos reales.
Es decir que, la reducción fue equivalente a 1,928.2 millones de pesos menos, respecto 2018; pero lo más grave es que el 77% de ésta se aplicó en mantenimiento de infraestructura (779.8 millones de pesos); e Instalaciones Fijas (702.9 millones de pesos).
A ello hay que sumar que ni las autoridades de la Ciudad de México ni del Gobierno Federal atendieron las alertas de los vecinos de Tláhuac, quienes desde 2017 venían advirtiendo que el sismo de ese año había dañado la estructura que sostenía la ballena que se vino abajo y causó la caída de los dos vagones.
Por más que presuma que es diferente a los presidentes del pasado, López Obrador no lo es. Su insensibilidad ante la tragedia del 3 de mayo lo pinta de cuerpo entero. Ha tratado de tender una cortina de humo, al grado de inventar un complot en su contra, para desviar la atención.
Pero no le dará resultado. El accidente de la Línea 12, sin duda alguna, tendrá un alto costo para su gobierno y para Morena. Las y los ciudadanos les cobrarán el 6 de junio el haber mandado al carajo a las víctimas y mantener la política de austericidio, sin importar los costos.
