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viernes, abril 26, 2024

Austeridad mal entendida, arriesga viabilidad de instituciones y viola derechos

La carta con la que Germán Martínez Cázares acompañó su renuncia a la Dirección General del Seguro Social, evidenció el fuerte impacto provocado por los drásticos recortes en el Presupuesto 2019 no sólo al IMSS, sino al sector salud en general; que de por sí ya enfrentaba problemas estructurales que han venido deteriorando paulatinamente su funcionamiento y la calidad de los servicios que presta.

Entre otras denuncias, Martínez Cázares resaltó que “algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”

Añadió que “el presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el cargo que el encargo’”.

Advirtió que el control del gasto que implementa la SHCP tiene dos consecuencias fatales: “pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención a pacientes, así como el fortalecimiento de los servicios de salud privados, lo cual ocasionará un mayor gasto de bolsillo de las familias cuando sus seres queridos tengan un padecimiento”.

El Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Hacienda, no debe, ni puede legalmente, tomar medidas unilaterales sobre el ejercicio del gasto del IMSS. Andar metiendo su cuchara en el presupuesto del IMSS, es violatorios de la Ley.

La renuncia del ahora exdirector del IMSS confirmó lo que ya era del conocimiento público, es decir, que el Seguro Social viene arrastrando problemas graves  desde hace ya algunos años.

Además, el regateo e intentos por desviar   su presupuesto aprobado en el PEF de 2019 por parte de funcionarios de Hacienda, agudizaron los problemas de desabasto de medicamentos, falta de personal, aplazamiento de consultas y deterioro e insuficiencia de infraestructura y de la calidad del servicio en general.

La denuncia de Martínez Cázares animó a directores de institutos y hospitales nacionales de salud pública a exponer la crisis que enfrenta en general el sector salud por el recorte y retención de 2 mil 300 millones de pesos por parte de Hacienda, por lo que solicitaron a la Cámara de Diputados su intervención para gestionar una reunión con el Ejecutivo Federal y el secretario de Hacienda y Crédito Público, a fin de que se liberaran estos recursos.

En respuesta, la SCHP  prometió entregar a directores de 11 institutos nacionales y hospitales de alta especialidad, 800 millones de pesos para cubrir gastos urgentes y descongelar posteriormente otros mil 600 millones.

La liberación de los recursos retenidos por la Secretaría de Hacienda permitirá atender las urgencias inmediatas de estos hospitales, que son los más importantes, pero eso no resuelve los problemas de fondo que desde hace muchos años viene arrastrando el sector.

Como tampoco se resolverán los problemas del Seguro Social con la designación de un nuevo Director General que no conoce al IMSS, su historia, funciones y mandato Constitucional y Legal.

Lo cierto es que los recortes ya no dan para más, la tijera llegó al hueso. El IMSS está operando con los recursos mínimos, prácticamente desfondado. Hay que hacer más eficiente el uso del presupuesto y combatir la corrupción, pero no se debe poner en riesgo la operación de servicios estratégicos, indispensables e imprescindibles.

El Gobierno Federal tiene que exponer con meridiana puntualidad cuál es el proyecto de salud que tiene y cuál es su visión y su política frente a la problemática del Seguro Social. Pero además, plantear en serio un nuevo pacto social para hacer una reforma fiscal y presupuestal que permita fortalecer la recaudación, una distribución más equitativa de los recursos y una nueva coordinación fiscal entre federación y estados.

Se requieren medidas de fondos y no cosméticas. Por ejemplo, se debería implementar un plan de rescate del IMSS para que el gobierno absorba las pensiones y jubilaciones de los trabajadores del Instituto y liberarlo de esa carga; similar a lo que se hizo en Pemex y CFE.

El Seguro Social es el Instituto de Salud y Seguridad Social más importante del país y del continente americano. Su fortalecimiento es crucial  para darle viabilidad a su existencia y funciones. Sin el Seguro Social no podríamos explicarnos al México del Siglo XXI.

De lo contrario, la tan llevada y traída austeridad, profundizará su crisis y con ello pondrá el riesgo el derecho a la seguridad social de más de 70 millones de derechohabientes,  familiares y beneficiarios de 21 millones de trabajadoras y trabajadores.

 

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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