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martes, abril 16, 2024

El COVID-19 y el anillo al dedo

La expresión presidencial de que el Coronavirus le vino como “anillo al dedo” para fortalecer e impulsar su proyecto de transformación, no sólo es lamentable frente a lo que está padeciendo la sociedad y se vislumbra para el país en términos económicos; sino que es un fiel reflejo de la insensibilidad e ineficacia de la actuación del gobierno ante los estragos de la pandemia del COVID-19.

Ratifica, de igual manera, el sin sentido de la conducta del Ejecutivo Federal, porque mientras demanda a la oposición y a distintos sectores no politizar la pandemia, él sin menor recato, una y otra vez busca sacarle provecho político; y descalifica, fustiga y minimiza las demandas y las propuestas de quienes le piden actuar con mayor oportunidad y se ofrecen para construir una estrategia conjunta que ayude a enfrentar mejor la crisis de salud y económica.

AMLO no alcanza a entender que, como bien dice el expresidente Uruguayo Pepe Mujica, un hombre no puede solo sacar adelante a un país, tiene que apoyarse en un equipo sólido de hombres y mujeres, con una amplia experiencia, y a los que se les permita expresar sus opiniones, pero además atenderlas.

El presidente no cree en este elemental principio, considera que el solo puede gobernar al país cuando, a la luz de los resultados, es una evidente equivocación.

Esto, sin duda, afectará también la lucha contra la corrupción y la impunidad que el presidente asume como los ejes de su gobierno. Lo que ya se percibe en el marco de la pandemia porque, ante la falta de previsión, se están contratando apresuradamente a médicos y enfermeras; y haciendo licitaciones -sin la menor transparencia y apego a la normatividad- para la compra de medicamento y equipo para el personal y el acondicionamiento de hospitales, entre otras acciones.

A todas luces, el elefante reumático del que tanto se habla, atraviesa a este gobierno y no le permite actuar con diligencia, oportunidad, eficacia y transparencia.

Ello provoca además que se estén tomando decisiones aceleradas con el pretexto de la pandemia, como la desaparición de los fideicomisos públicos. Esta es una medida desesperada. Si se consideraba que había corrupción en el uso de estos recursos, debieron investigarla y sancionarla. Ya llevan 15 meses gobernando, en vez de “tirar el agua sucia de la bañera con todo y niño”, estaban obligados a informar, investigar y sancionar a los presuntos responsables, en lugar de desaparecer los fideicomisos.

No sólo es una medida absurda, sino de claros tintes neoliberales; pues el presidente prefiere, con el dinero de los fideicomisos, cubrir los compromisos con los acreedores del país, en lugar de atender lo extraordinariamente urgente.

Es, además, una manera de echarle dinero bueno al malo, en virtud de que ante la crisis del sector energético internacional y las pérdidas de Pemex; es inconveniente, al menos por ahora, empecinarse en seguir invirtiendo dinero público, de todas y todos los mexicanos, en megaproyectos como lo es la refinería de Dos Bocas.

Pero no hay manera de que el presidente escuche. Lo demuestra el hecho de que en su supuesto plan económico emergente, que propuso en el marco de su informe trimestral, en realidad solamente ratificó las medidas que ya están en marcha; que como han alertado diversos sectores de la población, no serán suficientes para superar la crisis de salud y económica que golpeará con fuerza al país, y tendrá un grave impacto en la población, en las micros, pequeñas y medianas empresas; y en las y los trabajadores.

Así que el presidente ratifica sus decisiones inamovibles. Desde su perspectiva el Coronavirus no existe, no lo ve como una urgencia, a pesar de las miles de muertes que ya causó en otros países y de lo que se avecina para el nuestro.

Pero, lo que tampoco alcanza a dimensionar es que después del COVID-19 el mundo ya no será igual en materia económica, ni política. Y que aquellos gobiernos que no actúen de forma oportuna y cumplan con su responsabilidad de proteger a la población, las y los ciudadanos se los harán pagar en las urnas. Al tiempo.

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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