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viernes, abril 26, 2024

Elecciones: polarización y violencia

Las elecciones del 6 de junio próximo, en las que se renovarán más de 21 mil cargos, entre ellos la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas, quedarán marcadas como una de las más polarizadas y violentas de la historia reciente.

Y en mucho de ello han contribuido la derecha más retrógrada y el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, empeñado en impulsar la continuidad de su proyecto político, a costa de lo que sea; la gobernabilidad, la democracia e incluso, el futuro del país

Desde que asumió el cargo, López Obrador se ha dedicado a polarizar, etiquetar y denostar a quienes lo critican o no están de acuerdo con él.

En gran parte del largo tiempo de sus mañaneras, ha enfocado sus baterías contra grupos, personas, medios, periodistas, escritores, gobernadores o quien se le atraviese.

Ha dividido a la sociedad en ricos y pobres,  izquierda o derecha, chairos o fifís; generando una polarización que le ha sido rentable políticamente, al menos en lo que lleva de su mandato; pero ante los malos resultados de su gobierno, le podría pasar factura a Morena el próximo domingo.

Todo indica que esta elección intermedia será, en los hechos, un referéndum sobre el ejercicio de gobierno y al parecer, AMLO y su partido han perdido la ventaja que tenían al inicio del proceso electoral tanto en la conformación de la Cámara de Diputados como en al menos la mitad de las 15 gubernaturas, entre otras razones producto de malos candidatos, desencanto ciudadano por las promesas incumplidas, la inseguridad, el mal manejo de la pandemia y la crisis económica.

La última encuesta de El Financiero destaca una caída de 4 puntos en la aprobación presidencial. Según el estudio, el nivel de aprobación al Presidente Andrés Manuel López Obrador registró 57 por ciento en el mes de abril, con una desaprobación de 41 por ciento. El Financiero, 10 de mayo de 2021.

Es decir, lo que al parecer reflejarán los resultados del 6 de junio es la división y la polarización en la que se encuentra en este momento el país y la sociedad, como consecuencia, en gran parte, de la falta de disposición presidencial al diálogo y la construcción de acuerdos con los actores políticos y sociales.

A esta confrontación también han contribuido los grupos más recalcitrantes de la extrema derecha que, al igual que el Presidente, sólo tienen en mente sus propios intereses y no los de la sociedad.

Es inusitado que, a la mitad de su periodo, el titular del Ejecutivo Federal no haya tenido voluntad para dialogar en serio con los actores políticos, sociales y prácticamente  con nadie, salvo determinados grupos empresariales.

Lo normal en las democracias, es que quien dirige al país lo primero que hace al llegar al cargo es sentarse a platicar con los demás e incluso con los adversarios u opositores.

Porque una cosa es la elección y otra cosa el ejercicio de gobierno y la cuestión es ponerse de acuerdo en qué es lo que requiere el país, qué es lo que demandan los ciudadanos o cuánto presupuesto se necesita y de qué manera se distribuye, por ejemplo. Así se acuerda en prácticamente todos los países donde prevalece la democracia. En donde hay autoritarismo, pues no se practica.

El ejemplo concreto es que sólo en una ocasión en lo que va de sus casi tres años de gobierno, López Obrador se ha reunido con líderes parlamentarios, representantes del Poder Legislativo. El 6 de febrero de 2020 se encontró con la y los coordinadores del PRD, PRI, PAN, Movimiento Ciudadano, PT, Encuentro Social, Morena y Partido Verde Ecologista de México, acompañados por la entonces presidenta de la mesa directiva, Laura Rojas.

El tema preponderante fue el de salud y se acordaron reuniones periódicas para darle continuidad a la agenda, pero fue la última.

El Presidente hizo a un lado el diálogo y optó por usar la mayoría artificial que Morena construyó de manera ilegal en la Cámara de Diputados e impuso su agenda legislativa personal, dándole prioridad a reformas para destinar particularmente recursos a sus programas clientelares y megaobras, afectando sectores estratégicos como el campo, la industria, educación, ciencia, y especialmente la salud.

Es indudable que esta polarización y enrarecimiento ha servido de caldo de cultivo a la violencia que ha caracterizado al proceso electoral en curso, en donde 88 personajes políticos han sido asesinados, 35 de ellos aspirantes a algún cargo, ante la inacción del Gobierno Federal que ha cerrado los ojos al hecho evidente de que, en varias regiones del país, el crimen organizado está metido en las elecciones influyendo para imponer o quitar candidatos y en algunos casos decidiendo quien es viable y quien no lo es en razón de sus intereses, recurriendo incluso al asesinato.

De tal manera que lo que está en juego este 6 de junio es la posibilidad de abrir espacios de diálogo, crear nuevos contrapesos y equilibrios, reconstruir instituciones y mecanismos constitucionales y legales que han permitido la transición a la democracia y la pluralidad; o el que se fortalezca el autoritarismo y la autocracia.

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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