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jueves, marzo 28, 2024

Hay que ordenar y atender a las Normales

Con las concesiones que está otorgando a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), al margen de la responsabilidad que le corresponde al Congreso de la Unión; el Ejecutivo Federal está anulando en la práctica el consenso logrado en la reforma al Artículo 3o Constitucional.

Toda política pública requiere de análisis, planeación y recursos. Debe considerar además las posibilidades que tienen cada uno de los tres niveles de gobierno para el cumplimiento de la misma; y diseñarse de tal manera que garantice los derechos de las y los ciudadanos. 

Particularmente, en este caso, se debe garantizar el derecho social a la educación y priorizar el interés superior de niñas, niños y adolescentes; y al mismo tiempo cuidar y hacer respetar los derechos laborales de todos  los trabajadores de la educación. 

Uno de los aspectos que contradicen todos estos criterios es el ofrecimiento que hizo el presidente de asegurar en automático una plaza en Educación Básica a los egresados de las escuelas Normales. Sin una estrategia integral, esta propuesta simplemente es inviable, por varias razones.

La primera es que la matrícula de Educación Básica en general está cubierta. Ya no se requieren docentes en primaria. Los cambios en la pirámide demográfica  y la migración en nuestro país están provocando que en cada ciclo escolar haya menos alumnos. 

Tan sólo en Michoacán hay nueve Normales públicas  que producen poco más de mil egresados en cada ciclo escolar. Actualmente, en primaria, se tiene contratado un docente por cada 16 alumnos. Otro ejemplo es la Ciudad de México, donde prácticamente ya no hay dobles turnos. Aún cuando hay maestros con doble plaza.

En todo caso el problema está en la demanda diversa, que tiene que ver con las y los niños que requieren educación especial, las poblaciones indígenas y las comunidades rurales que están dispersas y en las que prevalecen las escuelas multigrado y de concentración en donde se tienen que generar condiciones para que las y los alumnos de varias comunidades sean atendidos.

Otros grupos que necesitan atención son los infantes en situación de calle y migrantes; así como las escuelas Telesecundarias que son las que se utilizan para cubrir gran parte de la demanda de Secundaria y en donde un solo docente imparte todas las materias. Son, además, planteles ubicados en las regiones más apartadas del país.

Pero, por si lo antes mencionado fuese insuficiente, la determinación del Ejecutivo partiría de un principio de inequidad, ya que no ha confirmado si a los egresados de Normales particulares también se les otorgaría una plaza. 

La cuestión de fondo es que la autoridad no debería comprometerse a otorgar plazas en automático a los egresados de las Normales si al mismo tiempo no toma otras medidas en los estados para propiciar la jubilación de maestras y maestros de Educación Básica a fin de generar vacancias que puedan ser ocupadas con nuevas plazas.

Adicionalmente, se requiere reorganizar todas las Normales del país para que las y los egresados logren obtener el perfil adecuado para dar clases, que tengan las condiciones óptimas, se actualicen los planes, programas y el perfil de la plantilla docente, se destinen los recursos necesarios para un buen funcionamiento y produzcan o formen al número de maestras y maestros realmente necesarios para el Sistema Educativo Nacional.

De no tomar en cuentas estas consideraciones, lo único que va provocar el Gobierno Federal es agudizar la crisis económica y política en los estados, como las que ya enfrentan Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán; que carecen del presupuesto para atender en plenitud los servicios educativos -mucho menos las demandas de plazas y las múltiples prestaciones del magisterio- y dependen, para ello  de los recursos de la Federación. Pero ésta última es omisa en el cumplimiento de su responsabilidad y en la necesidad de reformar la Ley de Coordinación Fiscal junto con los factores que determinan la asignación de recursos a cada entidad.

El Ejecutivo Federal no debería meterse en el tema de las leyes secundarias de educación, porque está invadiendo las facultades que le corresponden al Poder Legislativo. En todo caso debe dejar que la Secretaría de Educación Pública ejerza su papel, establezca una mesa de diálogo en serio con el Congreso de la Unión, todas las organizaciones sindicales y las organizaciones de la sociedad civil para poder construir los acuerdos que sean necesarios.

Lo que ha sucedido hasta ahora es una burla, porque mientras la SEP dialoga con representantes del Poder Legislativo, también lo hace de manera alterna con la CNTE, y ésta a su vez negocia con el presidente. Es un verdadero desorden. 

Las y los legisladores deben asumir sus facultades y no dejarse presionar por la Coordinadora, pero tampoco permitir que el Ejecutivo imponga su voluntad.                     Las ocurrencias y el conceder privilegios que se eliminaron en la reforma constitucional, lo único que va a provocar es que los logros alcanzados se vayan a la basura; y todos estamos obligados a impedirlo.                    Hay que ordenar el Sistema Educativo Nacional, al Sistema de Formación y Actualización del magisterio, asignar los recursos que necesitan los estados para cumplir con su responsabilidad, terminar con plazas eventuales, burocracias excesivas, personal sin ubicar y muchos comisionados en claves directivas sin el presupuesto correspondiente.

Soy egresado de una Normal Rural y al terminar la carrera me asignaron plaza en mi estado natal, Guanajuato. Pero entonces había más oferta que demanda y la Normal básica equivalía a cursar el bachillerato y los docentes tenían casi todos tiempo completo. Hoy es diferente, las Normales son instituciones de Educación Superior y quienes trabajan en ellas como docentes, requieren tener cuando menos Maestría para cumplir con la ley.

Egresaron este año 31, 532  licenciados de las Normales, de los cuales 24,034 son  de escuelas públicas y el resto de particulares con Revoes autorizados. Todos tienen derecho a tener una plaza, ordenemos entonces el SEN para no producir o formar para el desempleo y démosle salida a las y los maestros de mayor antigüedad, con estímulos, para poder aumentar las vacantes. Llegó la hora de poner orden en el SEN y de reivindicar a las Normales, transformándolas.

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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