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viernes, marzo 29, 2024

La realidad: riesgo de naufragio para la 4T

Frente a la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, que ha generado en México la crisis económica más grave del siglo, el gobierno de la 4t corre el riesgo de naufragar antes de  siquiera poder despegar en forma. Cabe decir que este sexenio prácticamente se agotó  en apenas sus dos primeros años, lo acepte o no el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El Coronavirus echó por tierra uno de los compromisos fundamentales del Ejecutivo Federal, que era combatir la corrupción, la pobreza  y la desigualdad; logrando un crecimiento de 4% del PIB y la instrumentación de políticas públicas que permitan evaluar sus resultados.  Por lo tanto, no se puede saber si sus programas sociales son los instrumentos útiles para alcanzar un Estado de Bienestar o algo semejante, que es la idea en la que suponemos se sustentan.

El país no tendrá el crecimiento, ni el desarrollo, ni consecuentemente los recursos que se requieren para que el Gobierno Federal pueda atender los graves problemas que enfrenta la nación; ni muchos menos para sostener y darle viabilidad a los programas sociales con los que se presume, pretende disminuir la desigualdad y la pobreza.

El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2021, refleja fielmente esta vulnerabilidad. Dos ejemplos enmarcan la situación, los recursos destinados a salud y educación.

El presupuesto para salud sólo observa un incremento de 1.2 por ciento respecto a 2020; y la mayor parte de ese recurso se destinará al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), en tanto que al IMSS y al ISSSTE se le reducen a cada uno 2 por ciento; siendo las instituciones que más derechohabientes atienden. Sin recursos suficientes, infraestructura o personal médico eficiente, no será factible poder garantizar el derecho a la salud.

Es el mismo caso para educación. El PPEF2021 propone apenas un aumento de 0.1% en el presupuesto educativo con respecto al 2020, y la mayor parte de este recurso se destina a los proyectos que son prioridad del presidente –Becas Benito Juárez, Becas para el Bienestar, La Escuela es Nuestra y Jóvenes Escribiendo el Futuro-, los cuales hasta el momento siguen sin consolidarse ni dar resultados.

Al mismo tiempo propone reducir en un 95 por ciento los recursos a las escuelas normales y en un 45 por ciento a Capacitación Docente; así como desaparecer programas indispensables para que la reforma educativa aprobada por el Congreso de la Unión en 2019, pueda consolidarse. Entre ellos el de Escuelas de Tiempo Completo; el de Carrera Docentes (UPES); y el de Fortalecimiento a la Excelencia Educativa.

Si se quieren resolver los problemas estructurales del Sistema Educativo Nacional –la falta de servicios básicos, la deserción escolar, la escasa infraestructura, la falta de acceso a equipo tecnológico e internet, entre otros- se necesita al menos destinar el 7 por ciento del Producto Interno Bruto. Actualmente sólo se invierte cerca del 4.5 por ciento.

Hay, como los señalados, un conjunto de problemas que se agudizarán en los próximos meses y años. Sin embargo, es preocupante que el presidente no quiera o no sea capaz de dimensionar tanto las dificultades que enfrenta su gobierno como el abismo hacía donde se encamina la nación.

El problema del Jefe del Ejecutivo es que está actuando fuera de la realidad. Minimiza el desempleo, las crisis de salud, económica o de inseguridad. Pero además, tiene actitudes que resultan sumamente preocupantes como cuando afirmó que el Coronavirus le “vino como anillo al dedo” a la 4t o la risa burlona que exhibió ante los reclamos por las masacres cotidianas.

La cuestión es que no parece que las críticas de los partidos de oposición, de mujeres, organizaciones civiles, académicos, especialistas, periodistas, exfuncionarios, empresarios, entre otros, le hagan mella. No han tenido la capacidad para poder canalizar la emergente decepción de quienes le dieron su confianza a la 4t.

Todo indica que será la propia realidad la que desnude la incapacidad, la falta de imaginación y sensibilidad de un movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador que logró encauzar los afanes democráticos y el hartazgo de la gran mayoría de la población en las elecciones de 2018; pero que, ya en el poder, afloran las limitaciones para gobernar un país diverso, plural y por ello, complejo para conciliar y representar los intereses de todos los mexicanos.

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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