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viernes, abril 19, 2024

La victoria pírrica del SNTE, de la CNTE y AMLO 

Haber aprobado las leyes secundarias en materia de educación, mediante la imposición de la mayoría de Morena y sus aliados en el Congreso de la Unión, ignorando acuerdos, parlamento abierto, opiniones de especialistas; fue una victoria  pírrica para el Ejecutivo Federal y las dirigencias del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. 

Lo que ahora festejan como un triunfo, se puede volver en su contra porque no les están respondiendo a quienes son la razón de ser de su materia de trabajo, las niñas, niños, adolescentes, jóvenes y padres de familia, la escuela pública misma.  En virtud de las deficiencias del contenido de estas normas, a mediano y largo plazo los sindicatos, y con ellos las dirigencias, perderán respeto y autoridad porque no cumplirán con la expectativa de que las alumnas y alumnos tengan un buen ambiente de trabajo, estén seguros y se preparen adecuadamente. 

No sirve de nada andar regresando a esas viejas prácticas cuando hoy lo que se requiere es construir sindicatos democráticos, transparentes y socialmente útiles. 

Los sindicatos socialmente útiles son aquellos que entienden su papel respecto a la materia de trabajo, por lo tanto la cuidan y se preocupan porque sus trabajadores cumplan con eficiencia sus funciones, las desempeñen con mayor calidad y calidez y, evidentemente, como servidores públicos se preocupen por responder a los usuarios de los servicios, en este caso a los de la escuela pública. 

En la medida que los sindicatos entiendan y pongan en práctica una visión de futuro responsable con su materia de trabajo y los mecanismos que deben poner en práctica para transparentar el proceso de su implementación; las dirigencias se fortalecen y simultáneamente apuntalan la vida democrática de sus sindicatos, su confianza y credibilidad. 

Lamentablemente, en la aprobación de las leyes secundarias de la reforma al Artículo 3° de la Constitución de la República, prevaleció una visión contraria al orden, a la medición para poder corregir y sobre todo, a la transparencia y rendición de cuentas. Con esta negociación, se impuso una perspectiva gremialista limitada que tienen las burocracias sindicales respecto al papel de los sindicatos, una visión que ya está rebasada por la realidad. Mejores salarios, profesionalización del magisterio, 

Escuelas Normales Dignas, Sistema de Actualización y la reivindicación del magisterio y la escuela pública son preocupaciones de dirigentes sindicales comprometidos con su gremio y con la sociedad. 

Y de esto, por supuesto, también son corresponsables el Gobierno Federal y la mayoría de Morena en el Congreso de la Unión. Los tres actores –las dirigencias sindicales SNTE-CNTE, el presidente de la República y la mayoría legislativa-, no pensaron en la materia de trabajo, en cómo mejorar, innovar y hacer más eficiente el Sistema Educativo Nacional; sino en cómo controlar a los sindicatos, en las clientelas y en los acuerdos electorales. 

No consideraron la inclusión, la equidad y la excelencia educativa; tampoco en cómo fortalecer la cultura de los derechos humanos, de la paz y la igualdad sustantiva; ni en el proceso de construcción de ciudadanía y de la preparación de las y los alumnos para salir en mejores condiciones de la educación básica. 

Tampoco se preocuparon por el presupuesto para atender problemas de rezago y marginación; las escuelas multigrado y las de concentración; los salarios de los maestros de zonas marginadas y sobre todo, la responsabilidad del Estado Mexicano para garantizar el acceso a la Educación en todos sus Tipos y 

Modalidades, a todo aquel que lo solicite. 

Las reformas a las leyes secundarias tienen el mismo problema que la reforma educativa que impuso Enrique Peña Nieto, son administrativas y laborales, por eso, corremos el riesgo de tener los mismos malos resultados. Con Peña la evaluación se convirtió en panacea y la permanencia en el instrumento para ser despedido; con AMLO, se acabaron los exámenes y las evaluaciones, hay pase automático a las Normales y plaza garantizada a sus egresados. 

Porque se descuidaron todos los estándares internacionales sugeridos por especialistas -producto de experiencias de décadas-, para mejorar la educación de las naciones como la estabilidad de las normas, mayor autonomía de la escuela, directivos y docentes; la evaluación, mejorar la formación del profesorado, renovar la plantilla docente, fortalecer a los trabajadores sociales, hacer un diagnóstico de las fortalezas y debilidades del sistema y mejorar el salario de maestras y maestros. 

(El País, 27/09/2019) 

Nada de esto importó porque las dirigencias sindicales, con la anuencia del presidente y su partido, priorizaron sus cotos de poder, sus trueques; y el retorno del control de las plazas, los cambios en el escalafón y las promociones que tradicionalmente, hasta antes de la reforma de 2013, les daban condiciones de control y poder sobre sus agremiados, mismo que era posible por el tipo de relación bilateral con los gobiernos. 

Desafortunadamente, quien pagarán los platos rotos de este vergonzoso contubernio será el desarrollo de nuestro país, los ciudadanos en general y las niñas, niños, adolescentes y jóvenes porque su derecho a una educación de excelencia fue ignorado. Se les robó la esperanza de un mejor futuro, con buenas escuelas a lo largo y ancho del territorio nacional. 

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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