Golpeados severamente por el desempleo y la crisis económica provocada por la pandemia, millones de trabajadores han tenido que recurrir al ahorro de su pensión para cubrir las necesidades básicas de su familia.
Abandonados por el Gobierno Federal, que se negó rotundamente a instrumentar algún tipo de apoyo, como el Seguro de Desempleo y el Ingreso Mínimo Vital, y sin posibilidad de encontrar de manera inmediata otro trabajo, cerca de 1.7 millones de trabajadores han tenido que recurrir al ahorro de su cuenta individual.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), de mayo de 2020 a febrero de 2021, los trabajadores desempleados han retirado de su Administradora de Fondos para el Retiro (Afore) 18 mil 120 millones de pesos.
En 2019 ya se habían presentado retiros significativos por desempleo como consecuencia de los despidos provocados por los errores de la política económica, la recesión, y decisiones fallidas tales como la cancelación de proyectos e inversiones como el aeropuerto en Texcoco. Pero aún así, no se habían superado los 150 mil retiros mensuales.
Con la pandemia, la crisis se agudizó y con ello, los retiros aumentaron. Según la Consar, entre junio y diciembre de 2020 siempre estuvieron arriba de 160 mil mensuales, sin embargo en octubre rompieron record al alcanzar 190 mil.
En 2021, lo retiros continúan en forma ascendente. En enero, se registró una nueva cifra récord para un primer mes de año de mil 639 millones de pesos. El monto desbancó a la cifra histórica que se registró el primer mes del 2019, que fue de mil 353 millones de pesos. (El Financiero, 9/02/2021)
La tendencia continuó en febrero, pues los trabajadores retiraron de su Afore mil 571 millones de pesos, 32 por ciento más en comparación con los mil 189 millones de igual mes del año pasado.
Otro dato que proporciona la Consar es aún de mayor preocupación, pues del monto que se retiró en febrero, casi 40 por ciento se hizo de cuentas de Afore Azteca y Coppel, dos administradoras que atienden a los trabajadores con menor salario.
Esta realidad contrasta radicalmente con los dichos y las decisiones tomadas por el Presidente López Obrador. Porque por un lado sostiene que en su gobierno los pobres están primero, pero se negó a apoyarlos durante lo más duro de la crisis económica provocada por la pandemia.
Prácticamente, los dejó solos al no respaldar ninguna iniciativa de apoyo económico para que pudieran subsistir y sostener a su familia en tanto encuentran otro empleo.
Los trabajadores tuvieron que rascarse con sus propias uñas y recurrir al ahorro para su pensión como último recurso luego de haber vendido o empeñado bienes que tanto trabajo les costó adquirir.
Por otro lado, de poco servirá la reforma impulsada por López Obrador que disminuye las semanas de cotización para poder pensionarse, porque al retirar sumas considerables de su ahorro, ahora los trabajadores ven reducidos los recursos de su Afore y tendrán que ahorrar más semanas para poder alcanzar a cubrir los requisitos y tener derecho a una pensión.
Y eso depende del tiempo en que vuelvan a encontrar trabajo, porque como están las cosas, las crisis de salud y económica se prolongarán y con ello el aumento del desempleo. Según el Inegi, México inició 2021 con 2.9 millones de personas más en las filas del desempleo.
La pobreza se combate con medidas eficaces no descalificando ni satanizando. Es mejor construir acuerdos y buscar que todo mundo le entre a buscar soluciones de fondo a las crisis, que estar de buscapleitos, todo el tiempo descalificando y al final de cuentas no hay medidas adecuadas para atender los problemas verdaderamente graves por los que atraviesa el país. La crisis de pensiones sigue latente y se agudizará con la pandemia y sus consecuencias.
