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viernes, abril 26, 2024

PEF2020 no combate las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad

El Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 (PEF2020), aprobado en una sede alterna, casi a hurtadillas, por parte de la Cámara de Diputados, expresa de nueva cuenta la subordinación de la bancada de Morena al Ejecutivo Federal; pero además es inercial, su objetivo es construir una base electoral con los programas sociales, repartiendo dinero sin reglas de operación, ni mecanismos de evaluación.

No tiene por preocupación combatir las  causas estructurales que generan la pobreza y la desigualdad en el país, sino alimentar las clientelas y punto.

A pesar de la “recesión técnica” en la que se encuentra el país, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el PEF2020 no contempla los programas y recursos que generen las condiciones para que haya crecimiento económico e inversión pública, repunte el empleo y se fortalezcan los diversos sectores productivos del país.

Con estas características del presupuesto y en el marco de las alertas por una posible recesión mundial, es probable que la economía del país el próximo año enfrente problemas más severos del que está por concluir. 

Ello, sin duda, afectará a todos los grupos de la población, pero particularmente a los que menos tienen porque los recursos que se les entregan a través de los programas sociales no serán suficientes para cubrir las necesidades más apremiantes ante la falta de empleos decentes y salarios dignos; para poder enfrentar en mejores condiciones el encarecimiento de la canasta básica, los combustibles y los servicios.

Más del 34.4% del PEF2020, es decir dos billones doscientos mil millones de pesos, a los que se agregaron  8 mil 125 millones de pesos, que se obtuvieron de recortes a organismos autónomos como el INE y la FGR, se destinarán a los programas asistenciales del presidente. 

Las peticiones de la diversas organizaciones campesinas para que se incrementaran los recursos para el sector agropecuarios, no se tomaron en cuenta, por el contrario, se les acusó de querer presupuesto para “moches”, y se les encapsuló con la policía mientras la mayoría de los diputados aprobaba el presupuesto, en una sede alterna.

Contra lo que había venido declarando el presidente de que era indigno que la Cámara de Diputados sesionará en una sede alterna, “es una vergüenza” decía; la bancada de Morena optó por realizar la sesión de aprobación del presupuesto fuera del recinto de la Cámara de Diputados, haciendo uso de un fuerte operativo policiaco, al viejo estilo del PRI cuando tenía la mayoría Legislativa.

Acataron sin chistar la instrucción presidencial de no moverle ni una coma al presupuesto. Resulta preocupante esta conducta de sumisión del Congreso de la Unión, pues lo mismo sucedió con el nombramiento, en el Senado de la República, de la nueva titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Uno de los programas más beneficiados es el de Pensiones del Bienestar (debería llamarse programa de apoyo alimentario) a personas adultas. 

La cuestión de fondo, primero, es que no existe un padrón que permita determinar con precisión a quién se le está entregando este apoyo; segundo que es un apoyo universal, no está destinando únicamente a quien realmente lo necesita, por lo que se despilfarran los recursos y se pervierte el programa; y tercero es que no hay un mecanismo de seguimiento y evaluación; lo que genera espacios para la opacidad y el uso clientelar de los funcionarios del gobierno y  de Morena.

Si realmente se quisiera resolver el problema se deberían revisar y evaluar los sistemas de pensiones de todo país, particularmente los de cuentas individuales,  para poder emprender una gran reforma, que permita garantizar pensiones a todos los trabajadores y que éstas sean dignas y acordes con las necesidades de la vejez. 

Negarse a replantear el Sistema de Cuentas Individuales, que sólo ha beneficiado a los dueños de las Afores y al sistema financiero, es parte de la simulación del Gobierno Federal en este tema.

De tal manera que el PEF2020 privilegia una visión clientelar y electoral so pretexto que se está apoyando a los más necesitados, sin tener una visión integral y de conjunto de cómo hacer crecer al país. Crecimiento y desarrollo no pueden ir desvinculados, eso es lo que genera la posibilidad de que realmente haya bienestar para la población. 

El presidente casi a diario sepulta al neoliberalismo, pero la política macroeconómica, el servicio al IPAB (Fobaproa), el impulso y fortalecimiento de las AFORES, las APPs como instrumentos para el programa de inversión entre el gobierno con los particulares, las limitaciones presupuestales en salud, educación, seguridad pública, estados y municipios; lo contradicen y ponen en evidencia. 

Un fenómeno recorre el país, la demanda de un mayor ingreso, esa es la base para definir los apoyos y también las políticas para el bienestar. No es la raza, ni  el color de la piel, ni la religión lo que determina la condición económica de las personas o los grupos sociales, es el ingreso y punto. Una buena política pública para generar empleos, es a la vez, una buena política distributiva. Así es como realmente se combate el neoliberalismo.

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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