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viernes, abril 19, 2024

Una y otra vez la realidad encara al presidente

Por más que insista que él tiene sus propios datos, la realidad del país encara y desmiente una y otra vez al presidente. Sostiene, por ejemplo, que la economía va muy bien, pero el Producto Interno Bruto (PIB) sólo creció 0.1 por ciento. Afirma que el huachicol ya casi se acaba, pero las tomas clandestinas continúan. Se empeña en ignorar las críticas y protestas por la crisis del sector salud, mientras que ésta se agudiza.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Producto Interno Bruto (PIB) avanzó 0.1% entre abril y junio frente a una contracción del 0.2% en el trimestre anterior, lo que superó las expectativas.

Ante la información del Inegi, el Jefe del Ejecutivo afirmó que “nosotros sabemos que va bien la economía, que está bien el país, no quiere decir que todo esté resuelto. Hay problemas que estamos enfrentando, pero desde luego vamos bien en la parte económica, en lo que tiene que ver con el bienestar”. 

La cuestión es que un crecimiento del PIB de 0.1 por ciento es, en los hechos, un estancamiento económico. A pesar de la presunción presidencial, lo cierto es que este pobre avance obedece a la falta de inversión pública y privada nacional e internacional, al recorte presupuestal, al subejercicio del mismo; a la desconfianza de inversionistas nacionales y extranjeros, al desempleo, despidos y otros factores.

Tan no camina la economía, que el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, acusó en su carta de renuncia que “en esta administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento. Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que ésta pueda tener y libre de todo extremismo, sea éste de derecha o de izquierda…” 

Respecto al huachicol, Andrés Manuel asegura que por la estrategia que implementó desde el inicio de su gobierno para combatirlo, éste se redujo en un 95 por ciento. 

Pero, otra vez, la realidad muestra que AMLO miente. Apenas el viernes pasado, cerca de 3 mil vecinos de Nextlalpan, en el Estado de México, tuvieron que ser desalojados por una fuga de gas LP en un poliducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), provocada presuntamente por una toma clandestina.

En respuesta, el primer mandatario les dijo a los huachicoleros que “no quieran jugar a las vencidas, porque soy muy terco”. Empero   difícilmente los delincuentes se van a atemorizar con advertencias, mucho menos con admoniciones, llamados a portarse bien o con la cartilla moral. 

Se requiere una estrategia integral no sólo en materia de seguridad pública, sino también de política social, inversión pública y creación de empleos; que permita por un lado arrestar a los verdaderos líderes de las bandas huachicoleras, mientras simultáneamente se les arrebata el control de las comunidades con el trabajo de las autoridades de los tres niveles de gobierno y se inhibe la participación de la población en esta actividad ilícita. 

La misma actitud asumió en respuesta a las críticas que hizo Germán Martínez Cázares en su renuncia al Instituto Mexicano del Seguro Social. Ante los recortes al IMSS, el exfuncionario acusó que “ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano”.

López Obrador desoyó la denuncia pública que hizo Martínez Cázares e inmediatamente designó en su lugar a Zoe Robledo. El asunto es que, en materia de salud, no sólo el IMSS enfrenta serios problemas, sino todo el sector. La crisis se viene arrastrando desde hace algunos sexenio, pero el drástico recorte la agudizó.

Así que la realidad es mucho más terca de lo que Andrés Manuel presume ser. El mensaje es claro: un buen gobierno como el que aspira a construir no se consigue evadiendo los hechos ni descalificando a todas y todos, incluso a sus propios colaboradores, sino con políticas públicas que se puedan medir, sean eficientes y eficaces, además de pertinentes y socialmente útiles.

El presidente todavía está a tiempo de escuchar y mostrar sensibilidad para introducir matices en su estilo de gobernar por el bien del país y de las políticas públicas que lo caracterizan o definen.                                   De lo contrario, se corre el riesgo de que la terca realidad termine por exhibir la falta de consistencia en las políticas de la 4T y, en consecuencia, todos pagaremos las consecuencias.

Miguel Alonso Raya
Miguel Alonso Raya
*Miguel Alonso Raya es profesor, militante por las causas de la Educación Pública, la Seguridad Social, el Sindicalismo y el Partido de la Revolución Democrática.​ Ex diputado federal. ​Twitter: @AlonsoRaya_

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