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jueves, marzo 28, 2024

Desfile de vicios

*Renato Iturriaga

En los últimos cuatro días hemos visto aflorar, a raíz del incendio que sufrimos en la ciudad de Guanajuato, los peores vicios, en el mejor de los casos, de los malos gobiernos.

Desidia

La administración municipal, encabezada por Alejandro Navarro, lleva casi cinco años en funciones e ignoró todas las recomendaciones y advertencias de los riesgos del basurero municipal. La lista de sus excusas es tan larga que recuerda el dicho, más vale una excusa que dos.

Incompetencia

En lugar de coordinar rápidamente acciones, gestionar recursos y ayudas, Navarro, sale en un primer momento, a declarar que el incendio está controlado, generando solo mayor confusión. Un incendio en un basurero, lleno de residuos inflamables en época de secas, calor y vientos, se extiende rápida y fácilmente, no hay sorpresas, hay sorprendidos. 

¿Mentira o estupidez?

Los desaciertos no son solo de la autoridad municipal, la secretaría estatal encargada del medio ambiente (SMAOT) en los primeros días del incendio califica la calidad del aire entre bueno y aceptable. ¿Cómo puede ser que en medio de una nube de humo que apesta, con recomendaciones de no salir y cancelación de actividades, la calidad del aire sea “aceptable”? ¡Así lo indicaban los sensores! dirán. ¿Nadie se preguntó dónde estaban los sensores?, o ¿qué es lo que medían?, si eran confiables en medio de un incendio generando continuamente partículas poco comunes. Al final es simple ¿por qué dan información que no corresponde con lo que se veía fuera de la ventana?

Avaricia

El 4 de mayo el secretario de salud del estado anuncia la activación del Comité Estatal de Seguridad en Salud y se declara en sesión permanente, al tiempo la SMAOP clasifica el incendio como grado cuatro, considerada una tragedia local.

Pero, ¡Es puente! El concierto de la alhóndiga con miles de personas al aire libre, ¿fue cancelado por las autoridades municipales?

No, claro que no, Business are business. En estas circunstancias, pensar en la derrama económica y no en la salud, resulta criminal, porque, literalmente, se usaron los pulmones de los asistentes para retirar partículas tóxicas de la atmósfera.

Soberbia

El futuro, mientras esté en manos de Navarro, pensando que lo hace bien, más preocupado por disfrazarse de Zelensky, más preocupado de armar un show mediático que por resolver los problemas, se ve más negro que el humo que respiramos.

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