¿Alguna vez se ha puesto a pensar que tan vasto es su patrimonio? Hoy es una palabra que viene y va, pero en ocasiones no reflexionamos sobre la profundidad que conlleva. Tal vez solo la ha pensado como la cantidad de bienes materiales que posee.
La RAE nos informa que: “Del lat. patrimonium. Conjunto de bienes pertenecientes a una persona natural o jurídica, o afectos a un fin, susceptibles de estimación económica”.
Normalmente nos han hecho pensar que engloba únicamente lo económico. Pero va más allá. Es mucho más profundo de lo que parece ser.
También nos han hecho creer que se trata de una escultura, una pintura, un edificio, etc. Y sí, tal vez alguno de estos lo sea y se le llama patrimonio tangible. Exactamente, todos esos elementos que podemos percibir, y que nuestros sentidos les dan un valor, gracias al bagaje cultural que poseemos, que también es patrimonio.
Pero, ¿hasta dónde identifico alguno de los anteriores como patrimonio? Nos han dicho que existe el patrimonio de la humanidad, que tal vez no signifique lo mismo para cada uno de nosotros, solo porque sociedades pretéritas lo construyeron.
Existe otro patrimonio que definimos como inmaterial o intangible, y que son tantas cosas que sería imposible enumerarlas en este espacio, pero nombraré unas cuantas: tradiciones, religiones, moral, leyes, etc. No las vemos pero ahí están, y estamos sujetos como sociedad, de una u otra manera a esos patrimonios, que en ocasiones son tan lejanos a cada uno de nosotros, debido a nuestros prejuicios de no valorar al otro, al que no es como yo.
Y eso hace que desestimemos, de una y mil formas, elementos que tal vez podrían llegar a tener el poder de atraparnos y ser relevantes en nuestra vida, pero el simple hecho de pertenecer a otros, es suficiente para no adoptarlo.
En todas las épocas de la humanidad y en todos los confines de nuestro planeta, se ha destruido el patrimonio material e inmaterial, con el afán de imponer ideas y elementos patrimoniales, para denostar aquello que estaba anteriormente, a veces con éxito, a veces a regañadientes.
Ejemplos de esto, hay suficientes en la humanidad para poder escribir volúmenes enteros. Dejo algunos: La destrucción de la biblioteca de Alejandría por fanáticos religiosos; la apropiación de ciudades con su consiguiente destrucción; conquistas alrededor del mundo con tal de conseguir personas fieles a creencias contrarias a las suyas; alteración de imágenes icónicas; etc.
Pero hay un patrimonio que por mucho que alguien quiera violentarlo, no debe ceder, y es, nuestra propia integridad. Nuestro propio ser.
¿Y Usted, estimado lector, cuáles son los patrimonios, tanto material como inmaterial, más importantes que reconoce, tanto de su propia persona como de su ciudad o país? Piense al menos, en cinco de cada uno.
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