- Publicidad -
jueves, marzo 28, 2024

Donde la apostasía y la beatificación convergen

Apostasía: negación, renuncia o adjuración; separación o privación de un derecho o una justicia.

Desde el sentido amplio de la palabra apostasía, en el que nos estaríamos refiriendo a la acción  de abandono de una causa, partido o el cambio de opinión o doctrina, nadie se escaparía de haber cometido un acto apóstata en más de una ocasión en nuestra vida, un ejemplo evidente es cuando fuimos jóvenes adolescentes, nuestros cambios y bandazos nos llevaban a abrazar causas y posturas en forma intensa y luego encontrábamos otras inclinaciones que nos hacían dejar las anteriores para tomar nuevos motivos que daban sentido a nuestra búsqueda y sentido de existencia, podríamos afirmar que una característica de  los jóvenes es apostatar una y otra vez, de esta manera van construyendo su concepción y orientación  del mundo y su propia identidad como personas.

El sentido de la palabra apostatar ha sido dirigido de manera más específica al acto de un miembro de la iglesia, nos referimos a cualquier persona que ha sido bautizada por la religión católica, que decide salir formalmente de ella, señalaré algunas de las causas más comunes de las personas que han apostatado de la Iglesia Católica, en términos corrientes se han dado de baja.

Puede haber múltiples motivos por los que una persona decida salir de la Iglesia, abordaré un par de ellos y señalaré algunas de las respuestas y objeciones que he escuchado al respecto por parte de algunos de los fieles de la iglesia.

Uno de los argumentos más frecuentes que sustentan las personas que renuncian a formar parte de esta agrupación, es el hecho de que se ha podido documentar a lo largo de décadas y siglos hasta la actualidad, actos de abuso principalmente dirigidos a niños y jóvenes que han estado vinculados con la iglesia ya sea en escuelas religiosas o como novicios,  la afectación que han sufrido estos niños y jóvenes ha tenido un doble impacto, por una parte han sido víctimas del atropello a su sexualidad y por otra han sido sumergidos en una espiral de ocultamiento, seducción y chantaje por medio de la idea del pecado y la culpa, estos niños y jóvenes han sido  despojados de una claridad de conciencia que les permita discernir si es correcto o no lo que han sufrido. Aunque hayan pasado años para poderlo hablar, la valentía de no pocos de ellos ha logrado que se hagan las denuncias, abriéndose ante nosotros un mundo oculto y solapado que llega hasta la cúpula del Vaticano, en el que, en no pocas de sus comunidades, se ha normalizado por generaciones las prácticas de abuso sexual por parte de sus miembros.

Para los integrantes de la Iglesia Católica que han tenido que aceptar la existencia de esta realidad arrolladora pero que guardan su fe en Cristo en el centro de sus vidas, reconocen estas acciones como parte de la debilidad y la miseria propia de la naturaleza humana, sostienen que el enfoque último es el testimonio del hijo de dios hecho hombre en la figura de Cristo y que hay que perdonar, orar y tener misericordia por aquellos hombres que han cometido estos  actos.

De igual manera muchas personas han optado por la apostasía ante la postura de la iglesia en contra del aborto y el rechazo a la unión gay, estos aspectos requieren otro tipo de análisis pero también hay que tomarlos en cuenta como motivos de peso.

Uno más de los motivos que  están de por medio para apostatar de la Iglesia Católica, es un móvil más personal y centrado en principios: la búsqueda de congruencia consigo mismo, este motivo se centra principalmente en que la inmensa mayoría de los católicos, fueron introducidos a la iglesia al recibir a muy temprana edad, sin ninguna anuencia ni decisión personal y en lo general por la iniciativa de sus padres el Sacramento del Bautizo, si bien, el Sacramento de la Primera Comunión y posteriormente el de la Confirmación son actos voluntarios por parte del niño, aunque el menor no deja de estar persuadido por la influencia de los adultos para tomar esa decisión.

Sin embargo, los años pasan y para una cantidad muy considerable de personas bautizadas y confirmadas, su relación con la iglesia no es precisamente una militancia activa, así lo señalan los censos en donde se observa que, aunque 8 de cada 10 mexicanos se dice católico, las cifras no han dejado desde la década de 1970 de disminuir, aumentando los miembros a otras religiones y los ateos.

En el sentido de la congruencia que anteriormente señalé, se puede afirmar que la persona decide apostatar porque su vida no se mueve bajo los preceptos ni las directrices de la Iglesia, esto no quiere decir que no exista en la persona un sentido de humanidad, entrega y amor, el hecho es que no lo concibe, aunque usted no lo crea, en el nombre de Cristo, lo cual tampoco significa que esta persona sea un anticristo.

Ante este motivo de apostatar, los fieles católicos podrían entre otros motivos argumentar, que la intención de los padres del niño o la niña al bautizarlos deja una huella indeleble en el alma de ese ser y que separarse de esa gracia alejaría a esa alma de la virtud divina. También se puede argüir que hay millones de católicos que no son practicantes, que no están considerando realizar un tramite de apostasía y que eso no les causa problema alguno.

Ahora asomémonos a este otro acontecimiento:

El 4 de mayo del año en curso, se llevó a cabo en la Basílica de Guadalupe, la ceremonia de beatificación de Concepción “Conchita” Cabrera de Armida, su testimonio es diverso y poco común ya que además de ser esposa y madre, se entregaba en amplia caridad visitando enfermos y moribundos a los que les daba consuelo espiritual e inspiró y promovió institutos, congregaciones y obras apostólicas, no fue de su interés asumir el papel de fundadora y menos aún la carga y el poder de superiora general. La trayectoria y la entrega al prójimo por parte de Concepción Cabrera, se inspiran en su fe cristiana orientada hacia dios

Las personas que la trataron y convivieron con ella coinciden que su actitud amorosa, su entrega con alegría y buen sentido del humor lo tomaba de su debilidad y pasión a dios, Conchita con todo y que vivió 75 años, fue muy enfermiza, ella refiere no recordar ningún día en su vida en el que no se sintiera enferma y con dolor, su fervor por dios la llevó en una ocasión a realizar un acto que nos podría parecer extremo y falto de quicio, se hizo una cortada en su pecho formando letras grandes con la navaja JHS (en latín: Jesús Salvador de los Hombres) como un acto de entrega total, refiere: “la dicha indecible que yo experimentaba siendo como los animales, de su dueño, yo de Jesús, de mi Jesús que salvaría tantas pobrecitas almas que le darían gloria”.

La impresión que deja Concepción Armida, una mujer apasionada en su fe en dios y en la ayuda a los hombres y mujeres es por lo menos interesante e inquietante, ya que una vida en la entrega y el amor a los demás es francamente difícil de encontrar más aun en la actualidad.

Los actos de ayuda y colaboración desinteresada, sean en nombre de Cristo, Buda, Madre Tierra, Gran Espíritu, cosmos, energía, ciencia, arte, monoteísmos, politeísmos, ateísmos o en nombre de ningún nombre,  siempre son bienvenidos y es estéril el discutir, pelear o incluso guerrear (no olvidemos que los conflictos más terribles en la historia de la humanidad han tenido causas religiosas), sólo por el hecho de afirmar que es nuestra religión, iglesia, ideología o credo la preponderante y que el patrimonio de la verdad es el nuestro. Tan poco amor en la humanidad para desperdiciarlo en celos.

Lo que como seres humanos nos unifica es la ayuda mutua, la colaboración, el amor que materialicemos en obras, el respeto y la sensibilidad ante la naturaleza y nuestro entorno, lo que nos divide no es nuestra nacionalidad, color de piel, idioma, género o preferencia sexual, sino  principalmente nuestras creencias.

Ricardo Solórzano Zínser
Ricardo Solórzano Zínser
Psicólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana, con estudios de Maestría en Psicoterapia Gestalt en el Instituto de Terapia Gestalt Región Occidente. Se dedica a la atención psicoterapeutica, es facilitador de proceso de desarrollo humano en instituciones gubernamentales, no gubernamentales y docente en el Departamento de Educación de la Universidad de Guanajuato impartiendo en la Maestría en Desarrollo Docente, y en el Departamento de Matemáticas de esta misma institución.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO