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viernes, abril 19, 2024

DOOM es el juego infinito… y por ello deberías jugarlo

Los parte aguas en la industria del videojuego siempre son interesantes de analizar, porque tras la inspección histórica lo que también se debe plantear es la vigencia de dicho impacto en la industria, por lo que hay muy pocos como aquel que ocurrió el 10 de Diciembre de 1993 cuando un grupo de jóvenes desarrolladores  subían la versión gratuita de su juego a los servidores de la universidad de Wisconsin. Lo que en un principio fue un intento de obtener mayor conocimiento dentro de la comunidad videojugadora -después de todo también eran conocidos por haber creado a Commander Keen y revitalizar a Wolfenstein– con una prueba minúscula de un juego que debías pedir por correo se volvió en algo más grande y en tan poco tiempo: Bloquearon el servidor por la demanda a tal grado de que tuvieron que apagar los sistemas, el juego que ofrecían sería instalado en aproximadamente 10 millones de computadoras en todo el mundo, y su juego terminaría vendiendo un millón de copias bajo el sistema de correo.

El juego sería más veces instalado que los sistemas operativos de ese entonces, y fue un peligro porque el mentado juego se volvería además de la controversia por su violencia y trama enredada con la ficción espacial y los demonios, más impactante por volverse el problema de ocio y baja laboral en las oficinas en donde se prohibía la instalación de este por temor a fallas en el sistema financiero/oficinista.

Y todo empezó con un nombre sencillo pero decisivo: Doom.

Doom era como ningún otro juego hasta este punto, y dio una reevaluación al hecho de tener una computadora en casa que pudiera correr videojuegos que fueran la envidia de las consolas, pero hay tres acciones significativas dentro de la industria que hizo y que pocos juegos han logrado siquiera acercarse: Definir la mayoría de los elementos básicos dentro de los FPS, plantear una comunidad de multijugador al ser pionero en las partidas Deathmatch masivas de torneo, y lo que ocurrió el 23 de Diciembre de 1997; tras la fiebre de Doom, el equipo de los dos Romero en ID Software se atrevieron a hacer lo que para la industria es algo inaudito en estos tiempos: Dejar abierto al público el código fuente del juego; con ello Doom terminaría dejando un legado de gratuidad y modificaciones de parte de fanáticos que hasta el día de hoy sigue vigente.

Jugar Doom en pleno 2020 sigue siendo fresco y bastante adictivo. Siempre se ha mantenido como un juego en donde la estrategia de armas indicadas va con el ritmo frenético que debes aprender a manejar con maestría, con una galería de enemigos que no faltan ni deben. Y si uno busca mayor apuesta, la comunidad sigue sacando mapas o alteraciones que ya han dejado de ser simplezas, parecen juegos sacados de la época de gloria de Doom y que están a la espera de que alguien decida completarlos.

Lo mejor de todo resulta el hecho de que su nulo costo le permite ser vigente y renovarse año con año. Quiero mencionar algunos mapas específicos que vale la pena probar si conoces Doom, y si no lo tienes, primero aquí un tutorial sencillo sobre cómo conseguirlo:

Lo primero que necesitas para jugar a Doom en tiempos modernos… pues es Doom. El juego está siempre en oferta a través de páginas como Steam -Aunque estos no incluye el Plutonia Experiment ni TNT, las dos expansiones oficiales de Doom con mapas difíciles- o en Gog.com. Al instalar los juegos en la carpeta que desees o en la librería de Steam el archivo que siempre encontrarás es uno con extensión llamada WAD, un acrónimo de Where’s all the data.

En realidad la compra de Doom en tiempos modernos es por el beneficio de Bethesda, si no lo quieres comprar, no hay problema, porque el código fuente al ser liberado, le dio libertad a los usuarios de poder descargarlo sin problema alguno en los sitios en donde se guarda el juego. Probablemente el mejor sitio para bajar todos los archivos originales de Doom sea Doom4ever, en donde el sitio ha mantenido un registro histórico de los originales además de unas expansiones de mapas de los años noventa.

Al tener estos archivos, ahora lo que se necesita es bajar el programa adecuado para jugarlos. Todos pueden usar emulador de MS-DOS lo que le da una apariencia a como era antes jugar DOOM en la computadora de tu papá, pero los comandos para alterar y correr los WADS es más complicado que hacerlo con aplicaciones modernas. El programa esencial para DOOM es GZDOOM, que ejecuta el juego con la compatibilidad de tarjetas gráficas modernas y está disponible tanto para Windows, MAC y Linux.

Una vez descargado el archivo, lo que se necesita es extraer todo lo que tiene a la carpeta de nuestra preferencia, y de una vez pasar los archivos WAD que tenemos para que los tenga como registro. Cada que abramos un WAD, siempre debemos tener en cuenta la expansión o material que nos pide que usemos, que por lo general se trata de DOOM DOOM II, por eso de las armas y enemigos nuevos. Y ya, es todo.

Hay una infinidad de MODS de DOOM que valen mucho la pena experimentar, de entre mis favoritos se encuentran:

Eviternity

Eviternity es la depuración a nivel perfeccionista de un nivel de DOOM, una curación de retos de diversos temas que van pasando desde fábricas, montañas heladas, y el paraíso, en donde la aparición de enemigos parecen llevar la misma linea de arte del DOOM original. Si conoces el modo de creación del juego y sus limitantes, la aparición de muchos elementos son sorpresivos y que te dejan pensando en cómo lograron hacer construcciones tan detalladas sin parecer que salían de las posibilidades de lo que DOOM ofrecía.

Hell Forged

Un remake del antiguo MOD llamado Demon Eclipse, Hell Forged es un proyecto de combate clásico  en matrimonio con armas modernas de disparo alternativo y super detallado, con una serie de armas sacadas de una portada de metal vikingo. Desde una pistola que escupe tornados de almas, una espada que con la sangre de los demonios adquiere un poder conforme las usas, un corazón que roba vida y puños de fuego.

Brutal DOOM.

Esta cosa… pues no necesita mucha descripción en palabras:

Creado desde el año 2011 por Marcos Abenante -un brasileño que se hace llamar Sergeant Marcos IV- Brutal DOOM no exagera en su título, dándole un nivel de violencia al ya de por sí violento juego. En Brutal DOOM las tripas vuelan, los monstruos se quedan desmembrados, gritan o se quedan sin cabezas, o van por el suelo buscando sus piernas mientras un charco de sangre interminable deja el lugar sucio y goteando…  y es demasiado catártico por alguna razón. A eso, el protagonista de DOOM termina adquiriendo un armamento basado en sus armas tradicionales que el jugador puede elegir para su comodidad, y si esta exageración de violencia se le hace injusta para los pobre demonios -que seamos honestos: lo es- existen nuevos modos de dificultad en donde se vuelven más agresivos, obtienen más salud, y son rápidos.

Brutal DOOM fue el MOD más reconocido por su tiempo, incluso evaluado por el propio John Romero y estoy bastante seguro de que el modo de juego frenético y violento fue influencia en la entrega del año 2016.

Paradise.

Una serie de mapas que podríamos describir como “Tropicalón tóxico”: Paradise implementa algunos retoques en las armas clásicas con la alteración de todo el roster de villanos de DOOM que los vuelve más complejos de derrotar, pero jamás en un terreno injusto. Sobra decir que los mapas son ENORMES laberintos repletos de material que derrite pieles.

Verdant Citadel.

Si ha existido un MOD que he jugado una y otra y otra vez es este, curiosamente uno demasiado sencillo. Es un mapa, con la finalidad de que pases aproximadamente 1 hora en terminarlo, pero tiene sus trucos. El escenario gótico de Vedant Citadel es uno complejo y titánico, compuesto de múltiples partes que se conectan y que puedes desarrollar a tu antojo, porque en realidad no hay un segmento lineal, su estructura es libre a fin de que obtengas las tres llaves para abrirte paso al objetivo. No hay armas novedosas porque sigue demostrando la valía del armamento de DOOM ni villanos, pero su acomodo de estos es perfecto y jamás caótico a pesar de que existan casi 400 en el mapa, incluyendo a un Ciberdemonio sorpresa. Ah, y no puedes guardar porque en realidad cada que llegas a cierto punto encuentras pergaminos que te permiten pasar al siguiente entorno, lo que hace que Verdant Citadel sea un reto de paciencia y memoria, que varias veces he disfrutado incluso en la oficina.

 

 

 

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