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jueves, marzo 28, 2024

Dos tipos peligrosos

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Shane Black es un nombre que no le sonará familiar al cinéfilo tradicional, pero si uno se da tiempo de revisar su filmografía, se dará cuenta de que el hombre ha estado involucrado en clásicos de acción desde 1987; desde Arma Mortal (Richard Donner, 1987) hasta El Último Boy Scout (Tony Scott, 1991) y no olvidando a El Último Héroe de Acción (Jhon McTierman, 1993) (siendo de las mencionadas la más infravalorada), el estilo irreverente de Black es uno fácil de identificar y de disfrutar.

El trabajo de Shane Black no es tan habitual a comparación de otros guionistas poco capaces (los estoy mirando, David S. Goyer y Damon Lindelof), y francamente no tengo idea del por qué, ya que sus películas por lo general se vuelven éxitos de taquilla y de crítica. Por lo tanto cuando se dispone a escribir y en este caso, a dirigir, toda la atención se vuelve hacia su más reciente trabajo.

The Nice Guys –o titulada en nuestro país con el genérico Dos Tipos Peligrosos– ya llegó… a pesar de que llegue tarde, sin pena ni gloria. Pero creo que eso se acomoda más al estilo de los perdedores que intenta plasmar y también es parte de un crimen perpetrado por su estudio que prefirió ponerle más atención al fallido intento de enfrentar a Superman y Batman que cuidar la promoción de sus posteriores estrenos.

Es 1977 y en Los Angeles sucede un aparatoso accidente en el que fallece la actriz porno Misty Mountains (Murielle Telio). Todo parece indicar que sí estiró la pata, pero esto no evita que su tía asegure que está viva, y contrata a Holland March (Ryan Gosling) para que la busque; lo que comienza a indagar es que todo esto involucra a una muchacha llamada Amelia Kutner (Margaret Qualley) . Esto no le sale bien ya que recibe la visita de Jackson Healy (Russell Crowe) quien lo amenaza de no seguir con la investigación y le lastima un brazo. Kutner también termina amenazado por dos matones que están buscando a la misteriosa Amelia. Para evitar más asaltos por parte de idiotas inexpertos, decide hacer equipo con Holland para buscar a la muchacha, y esto los lleva a momentos de tiroteos, asesinos profesionales, una conspiración automotriz y el mundo del porno.

La espera valió cada maldito segundo: Dos tipos peligrosos –lamento que este título les evoque a Pedro Infante– a pesar de ser ignorada por Warner Brothers se beneficia de ello, ya que Shane Black tiene la libertad creativa que requiere para su proyecto, y nos muestra una película de crimen y comedia que escupe estilo en cada momento.

La decisión de desarrollarla en los años 70’s no es tomada en vano. La década que es más recordada por gente que aspiraba cocaína como si fuese el fin del mundo y el “boom” de la industria del cine para adultos se vuelve un elemento depresivo por parte de los personajes. Sea a un nivel de producción en donde todo está repleto de luces chirriantes autos deportivos de lujo, “hippies”, niños desensibilizados, cortes de pelo ridículos a la par de la ropa y la incesante necesidad de tener todo, pero TODO con un acabado de madera.

Pero lo que hace Shane Black es jugar con los elementos clásicos del “buddy cop” que ya conocemos: dos tipos dispares se encuentran, quieren resolver algo, se entienden y se vuelven amigos. Aquí hay dos idiotas similares y rufianes, trabajan porque deben hacerlo, pero no se entienden y no piensan cambiar de estilo.

Y es notoria la química entre los dos actores, química que podría rendir para más secuelas de completa estupidez.
Y es notoria la química entre los dos actores, química que podría rendir para más secuelas de completa estupidez.

Holand March es un desgraciado que cobra ante cualquier oportunidad y siempre está ebrio. Falla como padre pero es porque en sí sufre de una depresión tras la pérdida de su esposa. Ryan Gosling no aparece en la película como un tipo “cool” y agradable, en todo momento está sufriendo golpe tras golpe y el verlo gritar de desesperación y comenzar a delirar porque no ha dormido en días puede que seas mis momentos favoritos de lo que va del año. Porque decide romper el molde de “Ryan Gosling es demasiado guapo para este mundo” y hace una perfecta actuación. Jackson Heally es una máquina de violencia que también acepta cualquier trabajo en donde tenga que romperle el rostro a alguien. No tengo problema en ver a Russell Crowe más gordo que de costumbre peleando contra un gran número de tipos, es de hecho su personaje el que intenta hacer una relación de cambio entre los dos al sensibilizarse con la hija de March y contar su infame historia, para terminar rechazado en un momento que si bien puede ser triste, arranca una sonrisa.

Y es que el humor es ácido, en donde los villanos están involucrados en cuestiones más peligrosas y complicadas, donde hay inocentes muertos y heridos en medio de las peleas de estos dos… y se supone que son “los buenos”.

Holly es una niña que ve en el fracaso de su padre la posibilidad de animarlo y de pasar un buen rato. Angourie Rice es excelente en su papel como un niña que llega a ser más madura que los adultos del filme.
Holly es una niña que ve en el fracaso de su padre la posibilidad de animarlo y de pasar un buen rato. Angourie Rice es excelente en su papel como un niña que llega a ser más madura que los adultos del filme.

Dos tipos peligrosos tiene un excelente diseño sonoro y esto no se deja abandonado en la selección musical. Sea que se decida escuchar el soundtrack (que involucra artistas como The Temptations, Earth Wind & Fire, Herp Albert, KISS) o –personalmente- en mejor medida con el score de John Ottman, quien homenajea a compositores de la década como Ennio Morricone, John Williams y John Barry en un score que irradia un aura de “cool” que bien podrías ponerlo en tu automóvil y simular que persigues a unos criminales.

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La taquilla no ha sido amable con Dos tipos de cuidado, pero estoy bastante seguro de que se volverá de culto, porque toma el género “buddy cop” y genera algo nuevo con él. Muchas veces hemos visto pares resolver casos policiacos, pero pocas veces se vuelven tan memorables como la película que Shane Black acaba de dirigir, y si esto proviene de uno de los artesanos del género más respetables de la industria, se agradece.

 

* Deusdedit Diez de Sollano Valderrama es comunicólogo, amante de todas las artes y experto en crear debates que no son nada útiles. Lleva su vida sobre un concepto numérico sin sentido y encuentra inspiración en cosas minúsculas, a veces colecciona cosas para recordar quién es.
Deusdedit Diez de Sollano
@tidedsued

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