Los cuestionamientos a la labor, o más bien, a las omisiones de la Profeco, y especialmente a su titular, Ricardo Sheffield, vinieron del gobernador de Puebla, esto es, de un personaje de su mismo nuevo partido político.
Barbosa dijo que Profeco era inútil el Puebla, al no poder controlar los abusos que se dan en la venta y recarga de tanques de oxígeno. Incluso sugirió que el gobierno federal mejor cerrara la delegación de esa dependencia y se ahorrara esos recursos.
Para responder, Sheffield hizo gala de su intolerancia, incluso con los suyos y acuso de ignorancia y hasta de demencia al gobernador poblano.
Las acusaciones siguieron entre ellos, ante la incapacidad declarada del procurador de responder lo que está sucediendo con la especulación de los tanques y del oxígeno, no solo en Puebla, sino en el país.
La urgencia de más espacios para enfermos
El infectólogo Juan Luis Mosqueda, director del Hospital de Alta Especialidad y uno de los mayores expertos en la atención de la pandemia, ha hecho un llamado urgente: se requieren de espacios adicionales para atender a enfermos de COVID-19.
Lo cierto es que ha terminado enero y el pico de contagios no ha bajado, al contrario, sigue al alza, rebasando la capacidad hospitalaria y forzando a que un número cada vez mayor de enfermos se estén atendiendo en casa, a pesar de la carencia de oxígeno medicinal.
Lo que sería igualmente urgente es hacer caso del llamado de los expertos, y habilitar esos espacios. La pandemia no da tregua para pensárselo mucho.
