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domingo, noviembre 3, 2024

Adiós opacidad del Fidesseg

El famoso y recientemente tan controversial Fidesseg ha dejado de existir y en su lugar, la gobernadora Libia García anunció la creación de la Subsecretaría del Fortalecimiento a las OSC.

Durante este anuncio, la gobernadora reconoció que el Fidesseg era poco transparente y peor aún, que sólo el 45 por ciento de los recursos destinados a este fondo, en verdad llegaban a las organizaciones de la sociedad civil.

Con esta información, la gobernadora también confirma que sólo una mínima parte de las muchas OSC que hay en Guanajuato, recibían recursos del fondo. En realidad, sólo 147 de 1 mil 200.

Es decir, las pequeñas organizaciones y algunas de las que más lo necesitaban, eran las que quedaban fuera del beneficio.

El compromiso ahora, es que con la creación de la Subsecretaría del Fortalecimiento a las OSC, el recurso llegue directamente a las asociaciones y sólo un 15 por ciento quede para gastos de operación.

Según la gobernadora, la distribución de los recursos será más equitativa y permitirá que todas las organizaciones puedan ser beneficiadas. Además de que este nuevo modelo, ya fue consultado con algunas OSC y dan su aval.

Quienes insistían en defender la operación del Fidesseg, tal cual como estaba, son los empresarios, quienes ahora tendrán que pronunciarse sobre la nueva manera de asignar los recursos y la posibilidad de que el dinero, también llegue a asociaciones que no estén tan vinculadas a ellos.

Samantha dejó “en visto” a Libia

Samantha Smith, alcaldesa de Guanajuato, básicamente le dio el avión al llamado de Libia García a “revisar” el nombramiento de un agresor en la presidencia de la Comisión de Género.

Revisado y anotado”, respondió, pero volvió defender, esta vez con más ánimos, esa designación. Ahora argumentado “segundas oportunidades” y “paridad de género”. Su retórica es bastante es torcida, y explicamos el porqué.

La Comisión de Igualdad de Género, más aún en un contexto de Alerta, no es el espacio para una redención personal, así como no debería serlo ninguna otra área de la función pública.

En esa lógica, las contralorías serían el espacio de “sensibilización” para los funcionarios con sentencias de corrupción y las fiscalías, las áreas para que exconvictos de altos delitos, puedan “cambiar su chip”.

La alcaldesa también llama “equidad” al nombramiento de un hombre en la Comisión de Igualdad Género.

Por supuesto, es indispensable —así: indispensable— que los hombres participen en los trabajos de igualdad; si no, sería una lucha perdida. Pero de esto, a nombrar presidente a un varón para ser “equitativos”, es no entender el significado de la palabra y es también evidenciar franca ignorancia sobre la desigualdad estructural.

Otros grupos en esta situación, por ejemplo, son la población con discapacidad, o la población indígena. Es por eso que, si dentro de un cabildo o una administración, hay una persona que vive a flor de piel esa violencia y además tiene experiencia en la función pública, pues sea quien debería liderar los esfuerzos para combatirla, en lugar de asumir que aquellos que no pasamos por lo mismo; ni tenemos formación al respecto, lo haríamos mejor. Sobra decir que menos cuando hay antecedentes de incurrir en discriminación.

Esperemos que así la alcaldesa pueda reconocer lo inconsistente de su postura, pues es una verdadera lástima que esto ocurra en su administración.

Y es que un ejemplo evidente de cómo se ha ejercido la desigualdad estructural entre hombres y mujeres, apela al puesto que ganó: ¿a qué se debe entonces, que nunca haya habido una mujer presidenta municipal en la capital?

Samantha Smith sigue teniendo la oportunidad de probar que pasará a la historia por ser la primera mujer alcaldesa, y no por utilizar ese nombre para “reivindicar” un desconocimiento en perspectiva de género.

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