La determinación del gobierno federal para que desaparezca el Programa Prospera ha metido en apuros al gobierno de Guanajuato, pero también a los funcionarios públicos que llegaron al cargo cobijados por Morena.
Con estos recortes propuestos por el gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, se reducirá la atención en el servicio médico para personas de escasos recursos, además de que 400 médicos y enfermeras quedarán sin empleo en Guanajuato, y las personas que son VIH positivo ya han dejado de recibir los retrovirales que antes eran financiados por la federación.
El gobierno estatal ha sido el que enfrente las consecuencias financieras, tratando de estirar el recurso para poder mantener el servicio médico con normalidad, pero también reclamando constantemente a la federación y tal vez hasta usándolo como bandera política.
Los reclamos ya alcanzaron la cancha de quienes llegaron al poder cobijados por Morena, como es el caso de la senadora Malú Micher, a quien se le cuestionó sobre las consecuencias del recorte de Prospera.
La senadora no supo exactamente qué decir, sólo atinó a decir que los programas sociales deben ser más profundos, pero no atinó a proponer o dar una solución a corto plazo a los problemas que se generarán cuando el recurso se agote.
El que de plano nada dice y prefiere no figurar es el súper delegado, Mauricio Hernández, quien es el representante del gobierno federal en Guanajuato. En primera porque casi no le gusta aparecer en público y cuando lo hace prefiere ser reservado, pero ni a través de redes sociales ha podido explicar qué pasará.
Lo que ocurra con los recursos de Prospera es incierto. El tema va más allá de un programa social, lleva de por medio la salud y calidad de vida de muchos guanajuatenses.
