De muy poco, o de nada, han servido los esfuerzos de las autoridades estatales y de distintos municipios, para fortalecer las policías locales. En algunos casos, como los de Romita y Cortazar, las corporaciones de seguridad pública son prácticamente inexistentes.
En Cortazar sólo hay 24 policías, mientras que en Romita sólo hay 35. Son claramente insuficientes para la protección de un municipio, es más, insuficientes para cubrir un sólo turno al frente.
Además, habría que preguntarse qué tan capacitados están estos policías, pues en ninguno de los dos municipios existe una academia de formación policial. Y aunque hay campañas para reclutar, muy pocos son los interesados.
Especialmente en Cortazar la situación es apremiante, pues es un municipio con un historial que indica que hay presencia activa de integrantes del crimen organizado. Sumado a que el alcalde Mauricio Estefanía ha sido constantemente amenazado de muerte.
La presencia de elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado o de corporaciones federales como la Guardia Nacional o el Ejército Mexicano, ayudan, pero nunca jamás suplirán la labor que idealmente tendría que realizar un policía de proximidad, o un policía convencido de contribuir a la seguridad de su localidad.
¿Y las camionetas?
La solicitud de recursos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en Celaya para rentar vehículos blindados deja varios a cuestionamientos del destino y la justificación de las tres camionetas blindadas adquiridas en la administración saliente de Javier Mendoza.
En su momento con un gasto de 12.5 millones de pesos, las tres unidades fueron compradas con especificaciones de blindaje calibre cinco, ¿Dónde están?
¿Por qué, entonces, la administración de Juan Miguel Ramírez, solicita ahora recursos adicionales por 25.9 millones de pesos para arrendar vehículos blindados y otros equipos?
Parece que hay opacidad en el manejo de estos recursos por la “sensibilidad del tema”, que señala Pablo Muñoz Huitrón, Secretario de Seguridad Ciudadana de Celaya.
¿Acaso las unidades compradas no hace mucho, en la pasada administración, no son suficientes y a donde se destinaron?
La ciudadanía merece respuestas claras, no solo sobre el uso de los vehículos, sino también sobre el sentido de gastar más en blindaje, cuando la percepción de inseguridad en las calles sigue siendo una de las principales preocupaciones.