El operativo “Salvando Vidas” que implementa la Secretaría de Seguridad, Protección y Prevención Ciudadana de León ha dejado más detenidos por conducir con una menor cantidad de alcohol en la sangre.
Durante el primer viernes y sábado de implementarse la nueva medida, que permite sólo 0.25 miligramos de alcohol en la sangre, se logró la detención de 69 personas, es decir el doble de un fin de semana normal, en donde según las autoridades, se detenían a entre 30 y 35 personas con 0.40 miligramos de alcohol en sangre.
De estas 69 detenciones, un total de 29 personas se encontraban por debajo del 0.40 y por encima del 0.25, es decir en el nuevo rango prohibido.
Esta nueva medida ha sido controversial, pues mientras algunos aplauden la mano dura de la autoridad municipal para sancionar a quienes conducen en estado de ebriedad y con ello, reducir los accidentes viales; hay quienes critican que se trata de una medida severa que no resuelve de fondo los problemas del consumo de alcohol y otras sustancias.
Para ser el primer fin de semana, se puede concluir que fue menos alcohol permitido y más personas sancionadas, lo cual parece ser un acierto para las autoridades municipales.
Sin embargo, el verdadero éxito de la medida se alcanzará cuando estas cifras también vayan acompañadas por una reducción sostenida de accidentes viales relacionados al consumo de alcohol.
Bajan los homicidios, no la violencia
Guanajuato continua encabezando el estado con más homicidios dolosos a nivel nacional, sin embargo abril trajo consigo una noticia que, sin ser motivo de celebración, pareciera indicar buenos resultados en la prevención de estos delitos.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en abril se registraron 195 homicidios dolosos, frente a los 343 de marzo de este año, lo que significa una baja importante.
Sin embargo, esta reducción debe ser leída con cautela, pues hay que decirlo: la violencia no se ha ido.
Las masacres han dejado en claro que los hechos de alto impacto siguen presentes como el multihomicidio registrado en mayo en el municipio de Pénjamo y el de ayer perpetrado en San Felipe, así como los ataques violentos del mes anterior en una cancha en Salamanca.
Esto daria a entender que la baja en las cifras no necesariamente representa una mejora en las condiciones de seguridad, sino un descenso volátil de estos hechos.
Las autoridades han señalado que no es momento de poner campanas al vuelo, pero que esta reducción podría ser un punto de inflexión.
Bajo este contexto, es importante que la coordinación entre los tres niveles continúen, no solo para bajar la estadística mejora, sino para mejorar la percepción ciudadana, y con ello, recurpar la paz.
Lo hemos dicho en otras columnas, la impunidad es algo que también se debe atender con urgencia y mientras los crímenes de alto impacto sigan ocurriendo, con o sin masacres, la violencia seguirá siendo parte de la cotidianidad en la entidad, aun cuando lo números sigan bajando.