El próximo 7 de octubre concluye el plazo para que Alejandra Gutiérrez y los demás funcionarios electos, expresen su intención de ser reelectos.
Apenas ayer, la alcaldesa de León dijo que no estaba jugando con esa idea, y reconoció que lo que la tiene centrada, es ir por la gubernatura del Estado.
Sin embargo, llaman la atención los temas entrerrenglonados de su declaración.
Ale no descarta buscar la reelección, pero la pone como su última alternativa, pues todos sus recursos, energías, viajes y apariciones en público solo tienen como propósito ser una especie de precampaña hacia la candidatura panista por la gubernatura.
Esto es: ser presidenta municipal no era un tema de servicio a la sociedad leonesa, sino de servirse de ella para alcanzar el siguiente objetivo político.
El problema es que en el camino algo salió y va peor: Ale no solo no ha gobernado, sino que su interés por León es cada vez menor, y eso lo demuestra en el hecho de que el municipio se le ha venido a pique.
Cristina por encima de la SCJN
La diputada panista Cristina Márquez se pasa “por el arco del triunfo” a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y lo que se determine en favor de la interrupción legal del embarazo.
Aunque la SCJN resolvió que el Código Penal Federal ya no puede criminalizar el aborto, ella insiste en que Guanajuato siga estando “a favor de la vida” y se rehúsa a pensar siquiera, en la posibilidad de que se discuta, y ya ni hablar de legislar.
Cristina Márquez cree que ella, su moral y sus valores conservadores, están por encima de un código penal y por encima de la SCJN, o peor aún, por encima de los derechos de aquellas mujeres que, por alguna razón, no quieren ser madres.
¡Como si alguna de ellas le fuera a consultar su decisión o fuera a frenarse solo porque a sus valores panistas no les parece!
A la diputada se le olvida que se debe legislar en favor de los y las ciudadanas, y que no hay nadie ni nada por encima de ellos y de sus derechos.