- Publicidad -
viernes, abril 26, 2024

AMLO espía

Luego de una impecable batería de preguntas, la periodista Nayeli Roldán, de Animal Político, acorraló al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, quien acabó reconociendo que su gobierno espía, en este caso a un defensor de derechos humanos, quien seguramente representa sólo la punta del iceberg de una conducta gravísima por parte del gobierno federal. 

Aunque López Obrador lo quiso matizar, al calificarlo de labores de inteligencia, se hizo bolas en diferenciar esas acciones: inteligencia y espionaje.

La diferencia no es sutil, es legal y está claramente establecida: la inteligencia debe estar autorizada por un juez competente; el espionaje, no.

El que la ley exija que la acción pase por el filtro de un juez, no es menor, es una garantía fundamental a la que tenemos derecho.

El espionaje es aquella acción que AMLO garantizó que no haría, y que hace. Es esa invasión a la privacidad, a la intimidad, a los datos más sensibles que tenemos cada persona.

Que la Sedena, con total impunidad espíe y para ello cuente con el aval del presidente, es sumamente grave; que un presidente que dice representar la izquierda, sea el principal defensor de las atrocidades del ejército, es incomprensible. 

La indiferencia del Ayuntamiento capitalino a los niños, niñas y adolescentes

Luego de una revisión de la Gaceta Municipal de Guanajuato, Zona Franca encontró que la Comisión de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y Familia, sólo sesionó para instalarse, hace año y medio.

Se trata de una Comisión de la mayor importancia, de las que los Ayuntamientos están obligados a crear y, por ende a operar, porque debe ser la principal instancia en proponer políticas públicas en favor de las infancias, precisamente para que luego sean los organismos operativos quienes las apliquen.

Dice Stefany Martínez Armendáriz, la síndica del Ayuntamiento y presidenta de esa Comisión, que la ley no exige un número determinado de sesiones de cada Comisión, pero olvidó decir si exige que trabajen, y en su caso no lo ha hecho. 

Suponer que esa indiferencia se subsana, “trabajando” desde otros organismos, solo es no entender la función de cada uno de ellos.

Lamentable, que tras año y medio, la síndica capitalina no entienda de qué va su trabajo.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO