A tres semanas de su llegada a la titularidad de la Fiscalía General del Estado, Gerardo Vázquez Alatriste sostuvo un encuentro con decenas de buscadoras de toda la entidad.
Las buscadoras esperan que este haya sido el primero de muchos encuentros periódicos con el fiscal, pues son muchos los temas pendientes para la atención de las víctimas de desaparición en Guanajuato.
Las desapariciones son una de las deudas más grandes en el tema de seguridad pública y procuración de justicia en la entidad, tan es así que ya hay más de una veintena de colectivos de búsqueda que trabajan de manera ininterrumpida en búsquedas en vida y localización de fosas.
La gestión de Carlos Zamarripa Aguirre dejó grandes deudas en el tema de desapariciones y en las buscadoras, una sensación de que a las autoridades les falta mucho compromiso.
Aunque al principio, las representantes de algunos colectivos no estaban entusiasmadas con que Gerardo Vázquez Alatriste haya quedado como titular de la FGE, tras el encuentro, algunas han dado su voto de confianza en la gestión del nuevo fiscal.
No les queda de otra más que confiar, pero al mismo tiempo, exigir y persistir para que Vázquez Alatriste sí se haga responsable de procurar justicia.
Sin oportunidad laboral para las pespuntadoras
Las mujeres pespuntadoras enfrentan un grave al problema al no tener salarios justos, horarios accesibles para las madres y jefas de familia, y peor aún, ni siquiera existe una oferta laboral, lo que dificulta su inserción en una industria que no les ofrece estabilidad de ningún tipo.
A pesar de que recibieron capacitación por parte la Secretaría de Economía y de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (Ciceg), los sueldos en las fábricas van desde los mil 500 semanales, cifras insuficientes para cubrir las necesidades básicas.
En muchas ocasiones, las empresas no permiten que las trabajadoras puedan salir a recoger a sus hijas o hijos, ya que incluso hay quienes laboran hasta 12 horas, haciendo difícil la ya de por sí injusta triple jornada a la que se enfrentan miles de mujeres: hacerse cargo del trabajo, de las labores domésticas, y de la crianza.
Muchas de las mujeres que completaron sus estudios, no encuentran empleo, lo que agrava la sensación de que aunque se capaciten, el acceso a mejores condiciones laborales sigue siendo limitado, por lo que es necesario que las empresas se adapten a las realidades de las madres y jefas de familia.
En este contexto, el desafío para las autoridades y las empresas es generar un entorno de trabajo que no solo se preocupe por la productividad, sino también por el bienestar de las trabajadoras, pues sin esto, será difícil que las mujeres de Guanajuato puedan acceder a un empleo digno, que les permita desarrollarse plenamente tanto en lo profesional, como en lo personal.