El transporte público será quizá uno de los temas peor tratados por el Ayuntamiento capitalino, pues ahora que se se hizo vigente el aumento de tres pesos, los usuarios pasaron de tener un transporte deplorable a tener un transporte caro y deplorable.
Y es que el convenio tarifario entre el Gobierno y transportistas, en práctica ha sido una guía de buenas intenciones.
Ayer se cumplió la fecha límite que tenían tanto concesionarios, como la administración, para entregar una serie de beneficios mínimos para los ciudadanos.
Los concesionarios deberían haber entregado cinco unidades nuevas, sin embargo, solo hay una circulación, pues el Gobierno les dio “chance” de que se tomara como camión comprado, la solicitud de trámite de financiamiento.
El Gobierno Municipal se había comprometido a entregar 500 tarjetas de gratuidad para adultos mayores… una buena estrategia para amortiguar el incremento, pero al ser ellos los vigilantes del cumplimiento del acuerdo, se dieron aún más “chance” que los concesionarios, otorgándose una prórroga de tres meses.
El problema aquí, es que los usuarios han sido la única parte obligada a cumplir en tiempo y forma con el aumento de la tarifa, sin recibir básicamente ningún beneficio a cambio.
Lo peor de todo, es que las comunidades rurales son a quienes más les perjudica el aumento, pues sus camiones son los más desgastados al tener caminos no pavimentados. Además, pese a ser el grupo población con mayor vulnerabilidad económica, son a quienes más les incrementa la tarifa, al grado de que un viaje para dos a la ciudad puede costar hasta 180 pesos, lo que se vuelve un lujo…y una limitante de su propia movilidad.
Los delitos que lastiman a Irapuato
En Irapuato nomás no pueden reducir la incidencia delictiva. Si bien es cierto que durante agosto, se cometieron 14 homicidios y se logró la disminución del 48 por ciento en comparación con los 27 que hubo durante julio; la cifra sigue siendo alta si se compara con la incidencia del 2023.
En donde sí de plano las autoridades se están viendo rebasadas es en el robo con violencia, pues se incrementaron en un 90 por ciento de un mes a otro. Y son justamente estos delitos patrimoniales, algunos de los que más afectan a la sociedad y a la percepción de inseguridad.
No por nada, Irapuato siempre suele ser el municipio (entre los que encuesta el INEGI) que tiene la más alta percepción de inseguridad en Guanajuato.
Lorena Alfaro tiene el reto grandísimo de controlar y disminuir los delitos en el municipio. Desde los robos a transeúnte, casa-habitación o negocio, hasta los homicidios.
Y aunque el Observatorio Ciudadano de Irapuato no los contabilice mes a mes, son las desapariciones otro delito que lastima muchísimo a los irapuatenses. Sobre todo cuando se trata de niñas o mujeres jóvenes.
Gran reto tiene la alcaldesa para esta segunda vuelta en su gestión.
