Decir que la violencia es un tema generalizado o un problema que enfrenta todo México, dejó de ser un discurso medianamente creíble. Ahora, cualquier funcionario que diga eso, hasta pareciera que le falta al respeto a la inteligencia de los ciudadanos.
El pasado martes, en Celaya y municipios aledaños como Salamanca, Villagrán y Juventino Rosas, se vivió una situación violenta en la que grupos armados dejaron vehículos y llantas incendiados para bloquear el paso de automóviles.
La noticia fue nacional e incluso internacional, y se alimentó con una respuesta tardía de las autoridades locales y estatales… los minutos y horas pasaban y había poca información oficial, nadie salía a decir si efectivamente habían detenido o no a ‘El Marro’.
Pero en medio de esta violencia atípica, a la alcaldesa de Celaya, Elvira Paniagua se le ocurre declarar que se trata de un tema generalizado en el estado o en la federación. ¡Qué discurso tan más gastado!
Justamente al no ser un tema común en otras ciudades o entidades, es por lo que estos bloqueos carreteros se convirtieron en un tema nacional.
A las autoridades les falta reconocer que sí, que hay un problema de seguridad, que muchas veces están rebasados y que necesitan trabajar con mucho mayor empeño para poder solucionar esta violencia. Ese discurso sí sería creíble, e incluso hasta ayudaría a que la ciudadanía pudiera estar más tranquila sabiendo que las autoridades son conscientes de lo que ocurre.
Pero utilizar discursos ‘para salir al paso’ no proporciona tranquilidad alguna, por el contrario, preocupa que pareciera que las autoridades no se toman en serio el tema.
No son las formas
Todo iba bien. La presidenta del Observatorio Ciudadano de León, Rocío Naveja Oliva, no compró el pleito político que parecían generar las respuestas a sus declaraciones, cuando se desdeñó su trabajo y la conformación entera del organismo ciudadano.
La conferencia de prensa que Naveja ofreció ayer, aunque tardía, recogió los puntos rojos de la incidencia delictiva que, según el mandatario, es normal en casi todos los delitos a excepción del homicidio doloso.
Todo ello es contundente, pues al final, no son más que las cifras de del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De ahí, los argumentos fueron los clásicos sobre la obligación de los gobernantes a escuchar a los ciudadanos, por aquello de las reuniones semanales a las que tanto el alcalde Héctor López Santillana como Rodríguez Vallejo, rechazaron asistir.
Pero todo se descompuso cuando Zona Franca le preguntó su opinión sobre el debate público de las pintas, tras la masiva marcha de las mujeres del pasado 8 de marzo.
La también directora de la Universidad Humani fue mucho más enérgica contra las o los autores de los grafitis, que contra los propios gobernantes; aseguró que es un delito, que las paredes son de hombres y mujeres y que el hecho le indigna como mujer y académica. “No son las formas”, afirmó.
Por lo anterior, pidió que el gobierno interviniera y castigara.
¿Por qué adoptar un debate que ni el gobierno quiso regalado?
Hoy mismo López Santillana afirmó que nunca estuvo en sus planes presentar denuncias penales por las pintas, pero la representante de la sociedad civil sí de dio el tiempo de criminalizarlas y hasta invocar al papa Francisco.
Rocío Naveja llegó al Observatorio Ciudadano de León con el reto de mantener a esta organización como la voz de contraste frente al poder público. Todo parece indicar que el reto también lo tendrá en otros ámbitos, para poder dimensionar un movimiento tan profundo como el que han encausado las mujeres. Ojalá lo entienda pronto, porque de lo contrario estará comprometiendo el trabajo de años de esa organización ciudadana.
