El Gobierno del Estado decidió acatar cada una de las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en el caso de la Ciudad de los Niños en Salamanca.
Tras un lentísimo proceso que tanto la pasada administración, como la CNDH pudieron acortar, el caso parece resolverse.
Y no, no es venga un aplauso, viene una exigencia de cumplir lo prometido y que no se vuelva a repetir lo que vivió cada uno de esos niños y niñas.
Ayer después de la disculpa pública, una de las víctimas de las violaciones a sus derechos humanos ocurridas en el albergue, participó y en su mensaje pidió que las autoridades, -por decir lo menos-, fueran más cuidadosas porque ningún niño o niña deben pasar por lo que ella.
Además de la promesa de acatar cada una de las 49 recomendaciones que le toca asumir al Gobierno del Estado, el trabajo de cuidar a los 72 menores que quedaron bajo su tutela debe permanecer. Aunque ahora solo tengan 45, tiene la autoridad una segunda oportunidad de no ser, como dijo Rodríguez Vallejo, “tolerantes” a lo que pasa.
Pero no solo con los menores que vivieron en Ciudad de los Niños, sino con el resto de los que se encuentran albergados en casi 50 centros de asistencia social, no deben quitar los ojos de encima y ese según lo dicho por la procuradora María Teresa Palomino, está siendo una realidad.
El DIF Estatal, que dirige Alfonso Borja, mismo titular que se tenía cuando explotó la denuncia en el 2017; también tiene otra oportunidad de hacer mejor las cosas, aunque con un tema tan delicado como lo es la custodia y seguridad de los menores de edad no debería haber otra oportunidad.
Hablan de un trabajo en coordinación total con todas las dependencias para dar garantías de que cualquier niño en Guanajuato está seguro y, por ende, no se repetirán este tipo de situaciones.
Ojalá en este trabajo, que explicaron se realiza desde que llegó la recomendación de la CNDH, no olviden que un sacerdote de nombre Pedro Gutiérrez Farías -que dirigía la asociación y del que hoy no se sabe nada-, registró a más de 100 niños como propios. Poner un ojo en el Registro Civil ayudaría, o castigar a quien o quienes deliberadamente permitieron y dieron todas esas actas.
Diputados hacen leyes que ni ellos cumplen
Bien dicen que los diputados solo están para hacer leyes, pero no para garantizar que se cumplan porque en su caso, ellos violan las suyas.
También les queda la frase de “ahogado el niño, a tapar el pozo”, debido que hicieron su reglamento para regular las sesiones de Pleno y comisiones legislativas a distancia, pero literalmente les valió y no lo respetaron.
Ernesto Prieto, el diputado de Morena fue uno de los actores principales que violó los lineamentos y mientras “legislaba” se pasaba en carro; otros legisladores del PAN también.
¿Y por qué lo hacían? La respuesta es muy sencilla: no había sanciones para nadie.
Fue hasta ayer que la Junta de Gobierno y Coordinación Política reformó los lineamientos para que ahora sí, se apliquen sanciones como apercibimientos y hasta reducción de sueldo para quienes los incumplan.
Si bien es una buena medida, pero la otra pregunta es ‘¿por qué hasta ahora?’, tuvieron que pasar varias situaciones para que el máximo órgano en el Congreso se diera cuenta de que no se les da a respetar por sus compañeros.
Ahora el reto que tendrá el Legislativo es realmente aplicar la medida, tendrán que poner mano dura para que esas situaciones no vuelvan a ocurrir. El primer reto será el día de hoy en la sesión de Pleno.
