Con la entrada en vigor del Instituto de Salud para el Bienestar, mejor conocido como Insabi, vino el reconocimiento de que Guanajuato posee uno de los esquemas de salud estatales más fuertes en México, y esto llevó a la determinación de que la entidad no se uniría a la estrategia federal.
El coronavirus es sin duda, el desafío más importante para cualquier modelo de salud en México y en el mundo, así que será la prueba de fuego para demostrar la capacidad de operación en Guanajuato.
Ayer el secretario de Salud, Daniel Alberto Díaz Martínez reconoció que el sistema de salud en Guanajuato puede quedar vulnerable si la población no atiende las recomendaciones para prever el contagio por coronavirus.
Guanajuato dice estar preparado, incluso ya se anunció la adquisición de un hospital móvil, y se cuenta con clínicas recién abiertas y con equipamiento de alta calidad, como la del Hospital General de León. Aun así, este virus puede acabar con la estructura de un esquema de salud que se ha presumido como robusto.
La prevención será entonces lo más importante, y atender las recomendaciones de aislamiento social que ya han comenzado a aplicarse.
Si Guanajuato está vulnerable y ya se están tomando ciertas previsiones, ¿qué ocurría entonces con los sistemas de salud debilitados de otras entidades?
Más recortes a Guanajuato
Cuando el panorama económico del 2019 parecía quedar atrás con este nuevo año, todo indica que se viene un nuevo recorte.
Y ahora no es por “capricho” político del Gobierno Federal contra Guanajuato, sino debido a la caída en picada del petróleo, que se estima ya en un 30%.
Además del efecto que pueda tener el Estado por el coronavirus, ahora habrá que sumarle la proyección por los barriles no producidos o vendido a un precio mucho más bajo del que se había estimado, y no solo le pega a Guanajuato sino a todo el país.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha señalado que las finanzas sanas de su gobierno permitirán soportar este golpe, aunque esto no se traduce en los barriles que no se producirán y que por ende no dejarán el ingreso estimado por el gobierno mexicano.
En el caso de Guanajuato los ingresos están todavía proyectados en 87 mil millones de pesos, pero la estimación es que dejen de llegar en el mejor de los casos, 3 mil millones de pesos, en el peor, unos 6 mil millones de pesos.
Hagamos cuentas, desde el año pasado Guanajuato traía arrastrando un déficit de 8 mil millones de pesos, que pegó sobre todo a la falta de obras, mismas que piensan revivir con la aprobación de deuda pública que recientemente hizo el Congreso Local.
Esto representa un nuevo hueco para la entidad, misma que busca resistir lo más posible el Covid-19 para no parar la economía.
