Guanajuato es una de las entidades que más remesas recibe en todo México, sólo por debajo de Michoacán. Tan sólo en 2019 la entidad recibió un total de 3 mil 286 millones de dólares en remesas, es decir 61 mil 455 millones de pesos.
Es una cantidad de dinero exorbitante, y casi se compara con el presupuesto de egresos que el estado destinó para el 2020 y que fue de 81 mil 301 millones de pesos.
El dinero de las remesas llega directamente a las familias guanajuatenses y es con ello que muchos pueden pagar la renta, la despensa, los servicios básicos y vivir gracias al esfuerzo de ‘los paisanos’.
El coronavirus ha golpeado la economía no sólo en lo local, también en el ámbito internacional y como repercusión, se estima que las remesas bajarán en 700 millones de dólares en este 2020, pues además hay una buena cantidad de ‘paisanos’ que prefirieron volver a Guanajuato pues en Estados Unidos hay más riesgo de contagios.
Esos 16 mil 960 millones de pesos o 700 millones de dólares que dejarán de llegar a la entidad, será un golpe que afecte directamente a la economía de las familias -no sólo las que tienen paisanos, sino las que reciben un beneficio indirecto cuando se adquiere algo con ese dinero-.
Gastos superfluos capitalinos
El anuncio del gobierno de Alejandro Navarro Saldaña de que habrá un plan de racionalidad para poder subsanar la deficiencia financiera que presentan las arcas municipales, parece un chiste frente a los gastos que planean hacer algunas áreas de la administración municipal.
La crisis sanitaria por el COVID-19 también se ha convertido en una crisis económica que enfrenta la capital del estado, que el municipio busca enfrentar con recortes en partidas como gasolina, telefonía, mantenimiento de vehículos, viáticos y gastos de representación, tal y como lo anunció hace unos días el tesorero Juan Antonio Valdés Fonseca.
Aunque no se ha dado a conocer la bolsa de lo que se podría juntar de esos ahorros, dicen que serían destinados a llenar el “hueco” que dejarían algunas condonaciones a permisos de comerciantes.
Sin embargo, en medio de la crisis y de estas “restricciones” que dicen harán a varias partidas, con las que se consiente a los funcionarios municipales de primer nivel, los síndicos y regidores y el propio alcalde, hay quienes están pensando en hacer gastos superfluos, gastos que por el momento pueden esperar.
Es el caso de la Dirección General de Servicios Públicos, que pidió se le autorizarán casi medio millón de pesos, para entre otras cosas comprar plantas de ornato y papelería.
Los gastos son bastante criticables cuando el municipio atraviesa una crisis en todos los sentidos, y el anunció de un plan de racionalidad tendría que ser aclarado incluso por el propio Alejandro Navarro, a menos de que haya sido una ocurrencia para salir del paso, esperando que el tema quede en el olvido.
