Ahora sí que a Alejandro Navarro, y a gran parte de los integrantes del Ayuntamiento y funcionarios municipales, como dijera ya saben quién, les cayó como anillo al dedo la pandemia del COVID-19.
El alcalde capitalino después de tropezarse varias veces con el tema COVID-19, a finales del ya lejano mes de junio, aprovechó que no hay actividades normales en la administración municipal, para irse unos días con su esposa Samantha, a Cancún.
Seguramente que el viaje le sirvió a Navarro, la playa, el sol, la tranquilidad para reflexionar y aunque no se le da bien eso de reconocer que “la riega”, habría decidido que la mejor medida para no seguir dando tumbos y ante el mal panorama para hacer negocios, sería que su aparición en Guanajuato y sobre todo ante los reporteros sería virtual. Así su nueva política de comunicación.
Por eso desde hace más de un mes que el alcalde de Guanajuato capital ha decidido no otorgar entrevistas, salvo al canal local, para que difundan los mensajes que decide mandar a los capitalinos sin que haya interferencias molestas. Y bueno una que otra banquetera para tapar el ojo al macho.
Así, en la capital del estado las cosas se van dando por inercia, y no es que no haya problemas, pero son tantos y de muchos años que mejor, habría que esperar a que se vayan corrigiendo por el mismo paso del tiempo, esa parecería ser la nueva estrategia del gobierno de Alejandro Navarro y su equipo de trabajo.
No es el mejor momento para actuar, por ejemplo empecinarse en construir un nuevo Museo de las Momias solo al alcalde y sus amigos podría parecerles una acción prioritaria, cuando se tienen problemas tan importantes y de más de una década que no se pueden resolver como es la contaminación del relleno sanitario, el que ni siquiera tiene cerca perimetral.
La pandemia del COVID-19 ha exhibido aún más las deficiencias y falta de sentido político del panista, el que si sigue como van las cosas, no es difícil que su carrera política termine en octubre de próximo año, lo que podría ser bueno para él, pues así se podría dedicar de lleno a sus negocios.
Hay que reconocer que puede ser una buena estrategia la de Alejandro Navarro, la de desaparecer y no dar entrevistas, pues además seguido la prensa lo agarraba fuera de lugar y dándole la vuelta a lo que dijo, que luego dijo que no había dicho.
La difícil ruta de las bicicletas.
En León se ha buscado impulsar cada vez más el uso de la bicicletas, las cuales de por sí son empleadas por una parte importante de la población.
Se han peatonalizado arterias importantes en domingo, para alentar el uso familiar, incluso prestando las bicicletas a cargo del municipio; se ha dispuesto de la renta de ellas a través de una aplicación en celulares y recientemente, a petición de asociaciones de ciclistas, se dispuso de manera experimental, de un carril en el bulevar Adolfo López Mateos.
Sin dida alguna el ciclismo, como medio de transporte para ir a trabajar o de paseo, ha ido recuperando parte del terreno que perdió a lo largo de los años con los automóviles; lo ha hecho porque hoy empezamos a pensar las ciudades de manera diferente y el carro ha dejado de ser el gran protagonista, para serlo el transporte público y el no contaminante.
Pero ese esfuerzo ciudadano y de la autoridad, no está resultando sencillo. Tan solo la apertura del carril en López Mateos ha generado más de 100 amonestaciones a automovilistas que se resisten a perder espacios.
El camino no se ve sencillo, pero ojalá sigamos recuperando las ciudades como ese espacio en el que las personas son lo más importante.
