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viernes, abril 26, 2024

Educación, la nueva víctima del coronavirus

El coronavirus ha cambiado drásticamente la vida como se conocía, y aunque se habla de una ‘nueva normalidad’ a la que poco a poco la gente tendrá que irse acostumbrando, a su paso se han visto afectados muchos sectores económicos… y ahora también, la educación.

El ciclo escolar 2019-2020 se vio interrumpido y bien que mal, con tropezones, improvisaciones y distintos métodos, logró concluirse. Pero el reto será cómo iniciar el ciclo 2020-2021, con todas las implicaciones que conlleva.

El anuncio del arranque del ciclo escolar, este próximo 24 de agosto, trajo muchos factores de incertidumbre.

Algunos, de padres de familia que tenían a sus hijos en colegios particulares, quienes han optado por retirarlos de estas instituciones, ya sea porque han tenido dificultades económicas e incluso la pérdida de empleo, o porque los colegios no han dado facilidades en el pago de inscripciones y colegiaturas.

Además de que los modelos educativos no han convencido ni a padres ni a alumnos, por lo que otros optarán por un `año sabático’.

La Secretaría de Educación Pública ya calculó que 2.5 millones de alumnos mexicanos desertarán durante este año.

La educación es la siguiente víctima del coronavirus, y las consecuencias estarán por verse durante las primeras semanas dei próximo ciclo escolar.

COVID-19: el pretexto para invadir la capital con sillas y mesas

Sin duda la pandemia de coronavirus agarró por sorpresa a todo el mundo y puso en jaque a muchos sectores, y algunos como los restauranteros de la capital se quieren aprovechar de la situación para hacer negocio.

Resulta que los propietarios de establecimientos de comida, bares y cafés pretenden volver a invadir las plazas públicas con sus mesas y sillas alegando que han sido severamente afectados en su economía.

Cuando parecía que la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia había venido a poner las cosas en claras, a partir de ponderar la imagen de la ciudad Patrimonio de la Humanidad, ahora la pandemia les ofrece un falso pretexto.

Si lo importante es reactivar la actividad turística de la ciudad, obviamente debe darse desde el rescate de sus elementos estéticos y la ocupación de la vía publica, al menos en los términos en los que lo proponen varios de los prestadores de esos servicios, no solo no realza la belleza de la ciudad, sino que la lastima severamente.

Si esa incongruencia no fuera suficientemente obvia, se han hecho evidentes varios conflictos de intereses, pues trascendió que la más beneficiada con la petición sería la regidora de Morena, Karen Burstein Campos, a cuyo restaurante Casa Valadez se le retiró su permiso para ocupar la vía pública desde el 2016.

Así pues parece una enorme contradicción quitarles las plazas, banquetas y calles a los guanajuatenses y a los turistas, para entregárselos a los comerciantes.

Esta solicitud pone en la mira al Ayuntamiento capitalino, al correr el riesgo de otorgarles los permisos que los restauranteros piden.

Una vez más queda claro que lo que importa a muchos -comerciantes y gobernantes- es el negocio, no la ciudad, aunque vivan de ella o la gobiernen.

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