El Frente Ciudadano por el Manejo Integral de los Residuos Sólidos, marchó por las calles de Guanajuato gritando algo ante lo que el gobierno capitalino aún parece ser indolente.
La regulación del basurero municipal era un tema urgente, y las consecuencias de esa omisión, las pagó la ciudadanía.
El mismo cuerpo de Bomberos SIMUB lo reconoció día antes: el sitio de disposición final lleva 20 años como un basurero a cielo abierto, sin ninguna medida de ingeniería ambientales, por lo que el riesgo de un incendio desmedido, era muy probable.
El gobierno de Alejandro Navarro, que lleva ya casi cinco años de gestión, se ha distraído de las necesidades urgentes de la población, dedicando más tiempo a la construcción de un Museo que nació muerto, y a candidaturas que tampoco prosperaron.
Estos son los reclamos de distintos grupos y asociaciones de trayectorias reconocidas, como el Consejo Ecologista, Acción Colectiva, Movimiento Colibríes, los Guardianes del Camino Antiguo y familias que se integraron por decisión propia a reclamar acciones urgentes, pues las distracciones del alcalde, le están costando la salud a la ciuciudadanía.
La deuda con las infancias
Una deuda muy marcada en México y en Guanajuato es sin duda la atención de las infancias.
La deuda no solo parte desde las autoridades, sino desde el mismo nicho familiar en donde se desarrollan.
El flagelo de los derechos de la infancias continúa y parece no existir políticas públicas funcionales para brindarles seguridad y dignidad a las niñas, niños y adolescentes.
La realidad se ha recrudecido tanto, que lamentablemente no extraña que los infantes, como los que revela la Encuesta Nacional Sobre Discriminación (ENADIS) 2022, tengan miedo de tener cerca a un elemento de policía. Hoy el miedo a los efectivos lo siente todo la gente.
La descomposición de las instituciones gubernamentales, a la par a la de la sociedad hacen que las infancias se desarrollen, de una forma u otra, en entornos violentos atentado su integridad, física y psicológica y perjudicando su crecimiento.
Que la infancias no se sienta seguras de los elementos de policía demuestra algo terrible: las autoridades siguen fallando, y lo peor, siguen vulnerando los derechos fundamentales de quienes para muchos, “son el futuro”, y son el presente.
