¡Vaya menosprecio envuelto en un clasismo que debiera ser impermisible en el presidente del Patronato de la Feria!
Al expresarse del rapero guanajuatense Santa Fe Klan, Juan Carlos Muñoz (El Castor), pretendiendo ser condescendiente dijo: “… Me da mucho gusto que un joven que viene de la nada nos demuestre que con ganas y trabajo, se puede salir adelante”.
No, nadie venimos de la nada, ni siquiera el propio Castor, que ha hecho gala de una consistente mediocridad en cada cargo que ha desempeñado.
Ni siquiera El Castor viene de la nada, cuando calcula los asistentes al concierto de San Fe Klan con sumas y restas dignas de Peña Nieto.
Ni siquiera El Castor viene de la nada, cuando con su irresponsabilidad fue incapaz de garantizar protocolos sanitarios mínimos a las 100 mil, 50 mil o 60 mil personas que según sus cuenta y rectificaciones se congregaron en un enorme tumulto para escuchar al artista capitalino.
Ni siquiera El Castor viene de la nada, cuando guarda un hipócrita silencio ante los señalamientos que ubican al artista arrojando mariguana desde el foro. Esa hierba que los panistas se niegan a legalizar, a pesar de estar permitida por la SCJN.
Nadie venimos de la nada, ni siquiera el presidente del Patronato de la Feria.
Capacitación contra desatención
Es cierto que la capacitación debe ser una constante de todos y todas, incluyendo a quienes nos gobiernan, por reacios que sean algunos.
Sin embargo se supone que hay cargos que los ocupan las personas más capacitadas para ello. Un caso debería ser el de comisionado estatal de búsqueda de personas, Héctor Alonso Díaz Ezquerra.
Seguramente Díaz Esquerra, al igual que todos los funcionarios, por capacitado que esté requiere de continuar con ello, el problema es cuando a costa de la capacitación, cierta o supuesta, se dejan de atender las labores esenciales del cargo.
Los colectivos de búsqueda han denunciado los escasos trabajos en campo que ha habido en el año, debido, a decir de la dependencia, por estar capacitándose.
Evidentemente los trabajos inherentes a su desempeño no deben suspenderse, máxime cuando todo proceso de búsqueda de personas va atrasado, muy atrasado, incluso a veces por años.
La búsqueda y localización de cada uno y una de quienes nos faltan no puede seguir aplazándose y por ello requiere un poco más de organización y seriedad de las autoridades encargadas de esa labor.
