Nuevamente hoteleros y restauranteros revivieron con esta edición la pugna para que el Festival Internacional Cervantino modifique nuevamente sus fechas, y así no “compita o le compitan” otros eventos que ocurren a la par en México.
Mariana Aymerich, directora del festival, descarta esta propuesta haciendo un recuento de los múltiples cambios que ya ha tenido el FIC en sus fechas y explica lo que quizás se ha perdido de vista en esa discusión: el Cervantino tiene un propósito cultural, no turístico.
A lo mejor los empresarios y los mismos comerciantes, desde la genuina preocupación del poco turismo que ha llegado a la capital y que impacta directamente a sus finanzas, han perdido la brújula de velar por la continuidad del FIC desde lo que lo hace único: lo cultural.
Y es que si el objetivo principal del Cervantino fuera lo turístico sin duda tendría mucho éxito en ocupación hotelera, pues con el presupuesto que cada año se le otorga habría grandes cosas qué hacer. Sin embargo, otro tipo de festival sería.
Guanajuato capital se ha distinguido por ser una ciudad con vocación de arte y cultura en un estado que cada vez y con más fuerza se hegemoniza en la industria y en la manufactura.
Vale pena, quizá, continuar con estos espacios privilegiados que tenemos para acceder la cultura, y que en el fondo, nos conectan más con lo humano.
Riesgo real
El mundo actual evoluciona a pasos avanzados. Y en lo que se refiere a la delincuencia, cada día hay nuevas y más refinadas modalidades para cometer crímenes; algunas de ellas no requieren incluso de una interacción persona a persona.
Tal vez el caso del secuestro virtual, una modalidad que ya tiene muchos años operando y que es poco denunciada y por tanto, poco atendida por las autoridades.
Recientemente, el secuestro virtual de un grupo de jóvenes tenistas y de su entrenador, quienes se hospedaban en Irapuato, dejó ver que este delito es una realidad en Guanajuato y que sus víctimas sí corren riesgo, aunque no se ven a la cara con su agresor.
Esto lo resaltó Francisco Rivas Rodríguez, presidente del Observatorio Ciudadano Nacional, quien pidió a las autoridades de Guanajuato, que difundan protocolos para identificar una amenaza de secuestro virtual y también uno que permita saber cómo actuar.
Que una persona no comparta el mismo espacio físico que su agresor, no quiere decir que no corra riesgo. El miedo, la ansiedad y la angustia pueden comprometer la salud de una persona, pero en esta época de criminalidad tan incierta, no se puede saber si quien te amenaza por teléfono está o no a la vuelta de la esquina.