Prácticamente faltando una semana para tomar posesión, Libia García presentó a su gabinete, legal y ampliado.
La presentación no tuvo mayores sorpresas, pero sí contrastes importantes.
Era un secreto a voces que Jorge Jiménez ocuparía la Secretaría de Gobierno luego de su destacado papel en la Secretaría del Ayuntamiento leonés y en el interinato de Ale Gutiérrez.
Como también era de esperar que Héctor Salgado Banda se mantuviera a cargo de las finanzas del Estado, al menos en los que se presenta, discute y aprueba el presupuesto del próximo año.
Sin embargo llamaron la atención dos nuevas secretarías: la de Honestidad, cuyo espacio será ocupado por una cuota partidista y la titular será Arcelia González.
Hay que destacar que la integración de Arcelia se había anunciado por la propia dirigente tricolor, Ruth Tiscareño.
Aunque varias entidades ya han adoptado ese nombre para una Secretaría, es importante hacer ver que la honestidad es una cualidad individual, que deberían tener todos y todas las funcionarias, y no una acción del Estado.
No se debe confundir: todo lo que hagan los y las trabajadoras del gobierno debe ser honesto, y se debe sancionar a quien no lo sea, por lo que a una dependencia así tal vez sería más correcto nombrarla por su carácter disciplinario y sancionador.
Por su parte, la Secretaría de un Nuevo Comienzo quedó con nombre que se acerca más a un centro de rehabilitación, que a una política pública y no deja en claro cuanto tiempo tomará al gobierno llevar a cabo este nuevo comienzo. Así surge la duda si Rosario Corona atenderá esas funciones efímeramente o si comenzar de nueva cuenta tomará todo el sexenio.
Otro cambio en el nombre se da en dependencia será la Secretaría de Seguridad y Paz, que será ocupada por Juan Mauro González Martínez, cuyo perfil no era muy conocido popularmente en Guanajuato pero sí el de su esposa: Sophia Huett López.
Juan Mauro ha trabajado con Genaro García Luna, un perfil bastante cuestionable, pero también ha sido cercano a Omar García Harfuch, lo que pudiera sumarle simpatía con el nivel federal.
También llamó la atención que las secretarías inclusivas, no quedaron con una representación real de las minorías.
Por ejemplo, en el caso del Instituto de las Mujeres Guanajuatenses, quedó Itzel Balderas Hernández, quien era diputada federal por el PAN e integrante de la Comisión de Género, pero no desempeñó un papel destacado en implementar propuestas a favor de las mujeres.
En este punto la gobernadora electa aseguró que aunque no tuvo una Secretaría de la Mujer (a diferencia de otras que se modificaron), habrá un trabajo transversal y seguirá la repartición de las tarjetas rosas, así como una policía femenil y atención a la salud de las mujeres.
En el caso de la Subsecretaría de Atención a la Población Indígena y Afrodescendiente, designó a Antonio Guerrero Horta, quien de profesión es contador y ha estado en diversos puestos sin destacar en ninguno, además de que estrictamente no es un represente de los pueblos indígenas, ni de los afrodescendientes, al no pertenecer a ninguna de estas comunidades.
A diferencia de esta Subsecretaría, fue designado Ricardo García Frausto para la Atención a las Personas de la Diversidad Sexual y de Género, quien a pesar de que anteriormente era pevemista y un fuerte crítico de la falta de políticas públicas del PAN en materia de diversidad, por lo menos él sí representa a esta población, es psicólogo y ha tenido trabajos afines a esta Subsecretaría.